Ian y Shawn, dos jóvenes de dieciocho años cuyas vidas siempre han estado llenas de rivalidades. Estos chicos parecen expertos en encontrarse problemas, incluso por las cosas más insignificantes, como el último sándwich de pavo en la cafetería.
Shaw...
Comento que será corto, es mas que nada porque es el cumple del guapo y no quiero que se recuerde de una forma deprimente jsjs, por eso traigo este especial.
Bueno, espero les guste, los dejo continuar... Advierto que es corto.
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Escaparse del baile fue sencillo, lo más fácil que habían hecho los chicos en su vida. Mark no mintió cuando dijo que no habría "seguridad", tal parecía que no había ni un solo maestro a la vista.
Shawn guiaba a Ian por los pasillos. Iba jalándolo por la mano, con sus dedos entrelazados, asegurándose de que no lo suelte, aun cuando Ian ni loco alejaría su mano de la de Shawn.
Ian puede ver la espalda de Shawn y lo ridículo que se ve fingiendo que esta en una película de acción y tiene que esconderse de algún grupo de mafiosos o algo similar. El rubio va viendo hacia todos lados, pegado a las paredes, moviéndose de manera "silenciosa" pero solo logra hacer más ruido al arrastras los pies contra la alfombra. Ian camina normal, hasta se toma la libertad de esconder una de sus manos en su bolsillo. Relajado, sabiendo que a los maestros les vale una mierda que no estén en el baile.
Shawn también esta al tanto de eso, pero a él le gusta el drama. Lo que debió ser un camino de 5 minutos hasta su habitación, el menor lo hizo de 12 minutos. Lo mejor de todo es que cuando llegaron, ambos hicieron como que Shawn nunca se sintió ser Jonh Wick y solo comenzaron a besarse.
Fue cosa de cruzar la puerta y dedicarse a disfrutar los labios del otro. Los suaves y esponjosos labios de Shawn besaban los de Ian que sonreían sin poder evitarlo y no podía seguir el ritmo del beso por estar sonriendo.
—Quítate la ropa—pide Shawn, alejándose y desabrochándose la camisa al mismo tiempo, pero la mirada intensa y brillante de Ian sobre él interrumpe sus acciones—¿Qué?—pregunta dejando su camisa en paz.
Ian sigue sonriendo.
—¿No piensas desnudarte?—insiste Shawn. Un segundo más viendo la sonrisa de Ian y posiblemente le soltará un golpe.
Meterse en la cabeza de Ian en este momento, sería ver desde atrás de sus ojos el como recorre con su vista cada parte del rostro de Shawn. Es que... esta encantado.
—Eres un fastidio—habían pasado unos tres minutos de silencio por parte del pelinegro.
Entonces amplió su sonrisa y sin cuidado alguno lanzó a Shawn sobre la cama.
El rubio se quedó estático, con los brazos y piernas extendidas sobre la suave superficie. Ni siquiera que Ian se esté desvistiendo a sus pies lo hacia mover la mirada del techo.
Lo había lanzado a la cama para callarlo y fue increíble.
A penas Ian se encuentra desnudo, se trepa por el cuerpo de Shawn hasta sentarse sobre sus muslos.
