Soulmates: extra 2

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—¡Ah! ... ¡Dios!...

Se sentía tan deseoso que le dolía el vientre. Había intentado correrse sin embargo no funcionó y eso solo aumentaba su líbido.

Había entrado en celo debido a que hace un par de días hablo con su destinada, esa Alpha rubia y hermosa que tristemente le dijo que tenía una situación similar a la suya.

Clyde al principio se sintió rechazado y decepcionado pero entendió que aunque sus destinos dictarán que ellos debían estar juntos, no podía ser así puesto que la mujer tenía una Omega en cinta, lo cual la tomo por sopresa y bueno Donovan le dijo que él se había enamorado de un Alpha que perdió a su otra mitad y que están vinculados.

Los dos decidieron que era mejor ser amigos, así el lazo que los unía no les causaría tanto daño en el futuro. Ambos renunciaron a sus destinados, se rechazaron mutuamente así que no tenían nada que hacer.

Por eso mismo el Omega castaño no paraba de pensar en cierto Alpha afroamericano.

Recordó la vez que lo hicieron en su celo. Recordó los besos húmedos, las caricias lascivas y la mirada llena de deseo que le dedicaba.

Cuando salió de sus pensamientos, noto que se había corrido imaginando a Tolkien sobre su cuerpo dándole lo que tanto pedía.

—Dios... Esto no puede estar pasando me —se lamento al sentir su respiración más calmada.

Busco entre toda su ropa en el armario y saco la sudadera morada que le pertenece al Alpha.

La olió suavemente, disfrutando del delicioso aroma a lirios con una mezcla fuerte de chocolate amargo y cerezas.

Las tres combinaciones perfectas que lo volvían loco.

Su mano viajo a su erección y comenzó a moverla de arriba a abajo, haciendo círculos en la punta, jadeo bajo. Estaba mal pensar de Tolkien así, pero es que aún estaba unido él y su Omega pedía a gritos por su Alpha, el cual lo reclamo como suyo desde un principio.

Movió rápidamente su mano para terminar lo antes posible, su teléfono estaba sonando en su mesita de noche y no quería que el que sea que le llamaba se diera cuenta de lo que estaba haciendo.

Se sintió avergonzado al terminar.

Se limpio lo más que pudo y trato de normalizar su respiración.

Cuando se sintió más tranquilo, contestó el aparato.

—¡Clyde, al fin! —escucho un ruido del otro lado— ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ... Mejor quédate dónde estás y enviaré a Tweek para que te cuide yo... —un rugido lo irrumpió.

El castaño no sabia que sucedía, pero su Omega al escuchar ese ruido en seguida le rogó a Clyde ir hacía donde sea que se encontraba Craig para calmar al Alpha.

—Omega... —un gruñido lo saco de su trance.

Esa voz. No podía ser él ¿O sí?

—Amigo, tranquilo ... No quiero pelear solo vine a ayudarte —parece que a Craig se le estaba saliendo de control toda la situación.

—¿Clyde? ... Soy Tweek —se escuchaba su voz en un susurro— iré a dónde estás. Craig cuidara de Tolkien y yo de tí. No permitiremos que le haga daño a nadie estando como está ... —hubo un silencio que le pareció eterno— Clyde, mándame la dirección de tu casa, ya voy para allá.

Eso fue lo único que dijo antes de colgar la llamada.

En automático le envío su dirección al teléfono de Tweek.

Se sintió asustado de que Craig pudiera salir herido si se queda cuidando de Tolkien.

Estaba preocupado por su mejor amigo y el que aún era su Alpha.

Sin pensarlo realmente, lloro de la importancia, de la preocupación y del miedo que lo estaban consumiendo en ese momento.

Cuando limpio su rostro, vio a Tweek parado en la puerta de su habitación. Sabía que Craig le comento sobre la llave de emergencia que le daba para estos casos.

Ambos Omegas se quedaron en silencio, pero el rubio se acercó para abrazar al castaño, olía a miedo y desesperación.

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Los gruñidos eran cada vez más fuertes, tanto que algunos Betas tuvieron que ayudarlo a mantener a Tolkien en resguardo bajo su propia casa.

Craig sabía que el moreno estaba sufriendo por no poder ver ni sentir el aroma de su pareja.

Los ojos del Alpha de color no eran los mismos de siempre, estos tenían un color rojo por la furia e irá retenida.

—Tranquilo... No quiero pelear contigo... —camino a pasos lentos hasta el otro.

Pronto un Beta a su espalda de Black le disparó con un dardo tranquilizante.

Craig suspiro preocupado.

Esperaba que Clyde se encontrará bien y que Tolkien al menos recupere un poco de su cordura.

—Lo siento amigo, pero debes quedarte aquí hasta que puedas estar en tus cinco sentidos —le dijo como si lo escuchará, tal vez lo hacía.

Esa misma tarde hasta el amanecer se quedó de guardia con los Betas a los que les pidió ayuda, los contrato para tenerlos cerca al menos durante dos días completos por si acaso.

Tucker sabía de sobra que para que su amigo deje de sufrir debe estar con Clyde, pero después de todo lo que pasó y lo hizo sufrir al Omega, tenía miedo de que le hiera más daño del que ya había hecho.

Hablaría después con Tolkien, necesitaba dejarlo descansar al menos un par de horas más para que le dijera su plan, si es que no se vuelve agresivo de nuevo.



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¿Les está gustando lo que escribo? Si es así déjenme saberlo en los comentarios.
Porque pienso que no les gusta.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora