¿Infierno?

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Sé que me tomé mi tiempo con esta historia, y la verdad es que ya estamos a tres capitulos del final. Espero que lo disfruten mucho, bueno al menos lo poco que queda.

Parte 7/10

[…]

—Si que se ve como una mierda.

El codazo en su costado izquierdo lo hicieron rodar los ojos. No era su culpa decir plenamente la verdad, después de todo no es que estuviera mintiendo con lo que veía.

El sonido de los movimientos inquietos de Tweek lo sacaron de sus pensamientos. El Omega estaba temblando. Hacia tiempo que eso no sucedía.

—Si tanto quieres hablar con él, acercate. —le dijo Damien mirándolo de reojo— No es como si no sintiera tu presencia.

Tweek suspiro nervioso. Su Alpha se veía mal, terriblemente mal. Podía distinguir el olor que emanaba y era tan amargo y ácido que algo en su pecho se apretujaba y se retorcía lleno de inconformidad. Se sentía herido porque Craig no lo había ido a buscar aunque sea una vez.

Aunque comprendía que era porque necesitaba espacio para lo que había pasado. Cambiar de casta de la noche a la mañana no debió ser nada fácil de aceptar y menos el acostumbrarse.

Por favor debería haberlo previsto, era un demonio con mil años de edad y aún así no entendía a los humanos. Debió prestarle más atención a su padre cuando le explicaba cosas sobre estás y las mutaciones de una casta a otra. Craig solo tenía 25 años, como para soportar todo esto solo. Debió estar ahí con él sin importar que el azabache se negara.

—Pip…

—Lo sé, solo tranquilízate. —susurró frente a él, tratando de calmar su mente. Estaba empezando a oler como si estuviera llorando por una perdida, era tan putrido el olor que Damien se había alejado para evitar vomitar— Tu Alpha ya está por llegar. El puede seguir tu olor y no puede dejar de desplegar su propio aroma para protegerte.

—Pero yo… él, no…

Pip le sonrió antes de alejarse de ahí. Quería evitar problemas con ese pastor que ahora no dejaba de buscar desesperado a Tweek. Con una seña le hizo saber al Omega que todo estaría bien.

Tweek se sintió pequeño e insignificante. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pronto sintió tanto miedo como la primera vez que se paseo por el mundo humano y casi lo matan.

Se hizo bolita en el banco del parque donde había estado desde hacía rato con Damien y Pip. Trato de esconderse dentro de la chamarra de Craig, pero le fue imposible cuando unos brazos que nunca olvido lo rodearon para calmarlo, rosando la punta de su nariz con su mejilla derecha, escuchando claramente la respiración del Alpha que lo estaba olisqueando.

—Al fin te encontré.

La palabras suaves de Craig, hicieron eco en sus oidos. Su voz tan varonil y apagada lo estremecieron a tal punto de sentirse tan vulnerable y cómodo, quería ronronear al estar entre sus brazos, pero no queria que nadie mas que Craig lo escuchará, además, era un sonido que tenia que emitir cuando estuvieran en su casa, era un ronroneo intimo.

—Alpha…

Permanecieron así, abrazados hasta el atardecer. Las personas que pasaban cerca, se iban del lugar al verlos, no querían irrumpir el momento. Era un abrazo demasiado íntimo para una pareja Alpha-Omega.

La respiración agitada de alguien, irrumpió en su burbuja. El primero en voltear fue Craig, gruñendole al idiota que se le ocurrió romper con ese momento, topandose con la cara alivida y roja de Clyde. Quien había corrido a ver a Craig y a su pareja.

—Al fin… —tomó una gran bocanada de aire y soltó el aire antes de volver a hablar— pensé que habías… te habías ido del pueblo…

El azabache volvió a gruñirle en forma de advertencia. Estaba por atacarlo, si no se iba de ahí, lo atacaría.

Tweek actuó por instinto y se pegó más al cuerpo de Craig, susurrándole que se calmara para que pudieran ir a un lugar más privado para hablar con comodidad.

Clyde, daba pequeños pasos hacia tras en cada gruñido, pero agradecía que ahora el Omega rubio lo estuviera ayudando.

—Gracias a Dios que estás aquí, no sabes cuánto tiempo te hemos buscado. —le dijo el castaño con una gran sonrisa aliviada— Recorrimos todo el pueblo, buscándote y preguntando por tí, pero nadie te conoce ni te habían visto.

Tweek asentía a las explicaciones del castaño, así que Craig si lo buscaba y había pensado que no. Ahora podía pasar aunque sea una noche con el Alpha, para llenarse de su aroma. Su cuerpo lo había extrañado tanto que cada toque de Craig, lo estremecían y se regocijaba por estar con su compañero.

—...  cuídalo, es un tonto cuando se trata de tí. Nunca dejo de buscarte.

El rubio se sonrojó levemente al escuchar las últimas palabras del castaño, no esperaba que siguiera hablando, era un imbécil al no prestarle atención al castaño, quien se despidió con la mano desde lejos, para irse a donde sea que iría.

Volvieron a estar solos y fue cuando Craig lo cargo para llevarlo a su casa. Tanto tiempo alejando del Omega lo puso muy irritable y necesitaba abrazar a Tweek todo el tiempo para evitar que se fuera, o que lo que estaba viendo y sintiendo no fuera una alucinación.

El camino a casa de Craig fue tranquilo, Tweek cabeceaba cada tanto sin dejar de aferrarse al cuello de la chamarra del Alpha.

Al entrar al hogar del azabache, Tweek sintió su cuerpo responder al llamado de su instinto. Todo el lugar olía a Craig, un aroma fuerte y espeso que lo hizo mojarse apenas fue dejado en el sofá, mientras el dueño de la casa se quitaba la chamarra para ponérsela sobre los hombros al Omega.

Ambos sabían que necesitaban sentirse piel a piel, luego de tanto tiempo. Sus lados primitivos pedían a gritos ser saciados, amados, adorados.

—No quiero que esto sea una ilusión… —sollozó el azabache arrodillándose frente al rubio dejando salir sus lágrimas contenidas. Sus ojos estaban cerrados con fuerza, negándose a abrirlos cuando Tweek le pidió hacerlo.

—Estaremos más cómodos en tu cama. —aseguró el Omega levantándose del sofá, haciendo que Craig se pusiera de pie y lo siguiera a lo que Tweek dedujo era la habitación del Alpha, por el aroma concentrado en ese lugar.

Al entrar, Craig lo abrazo aún llorando, mientras Tweek se dejaba hacer. Se dejó cargar y dejo que el Alpha lo acostara en la cama, dónde no dejó de abrazarlo. Se aferraba al cuerpo del rubio como si su vida dependiera de ello.

Fue así toda la noche. Permanecieron abrazados todo el tiempo, Tweek no deja de besar el rostro y cabeza de Craig, mientras este no deja de aferrarse al Omega. Necesitaban hablar, pero no lo harían hasta que él Alpha pudiera calmar su ansiedad con la presencia de su pareja.

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Espero que les haya gustado si es así déjenme saberlo en los comentarios.
Nos leemos pronto.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora