¿Infierno?

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Sexta parte.

[…]

Craig Tucker se sentía como un traidor. Había dejado a su mejor amigo Clyde en la iglesia, donde debía estar predicando la palabra de Dios como un buen Alpha pastor. Pero no podía soportar más la presión, la culpa, el conflicto interno que le causaba su verdadero amor: Tweek Tweak, un Omega demonio.

Craig sabía que su relación era un pecado, una aberración, una ofensa al cielo. Pero no podía evitarlo.

Tweek era su compañero, su alma gemela, su destino. Estaban enlazados desde que se conocieron, cuando Tweek y él tuvieron una extenuante semana de sexo increíble.

Craig, sintió una conexión instantánea antes de que lo moridera para dejarle su marca. Y se enamoró.

Pero su amor era imposible. El mundo los odiaba, los condenaba. Craig tenía que fingir ser un Alpha devoto, un líder espiritual, un ejemplo para su comunidad. Tweek tenía que esconderse, cambiar de forma, huir de los cazadores. No podían estar juntos, y cada vez era más difícil, más peligroso, más doloroso.

Craig llegó a su casa, cerró la puerta con llave, y corrió a su habitación. Necesitaba a Tweek, aunque no lo dijera, lo necesitaba como el aire, como el agua, como la vida.

Buscó algún indicio que le diera el aroma y el olor del Omega, que lo calmara, que lo consolara. Pero no encontró nada. Tweek no estaba allí. No había dejado ninguna nota, ningún mensaje, ningún rastro.

Craig entró en desesperación. ¿Dónde estaba? ¿Qué le había pasado? ¿Lo habrían capturado? ¿Lo habrían matado?

Craig se hizo bola en su cama, lleno de tristeza por no tener a Tweek, por haber actuado mal y no tomarse las cosas con calma. Se odió a sí mismo por haberlo abandonado, por haberlo puesto en riesgo, por haberlo hecho sufrir.

Lloró, gritó, se maldijo. Quería morir, quería irse con Tweek, quería estar con él.

Mientras tanto, Tweek sentía el dolor y la desesperación de Craig a través del lazo de unión. Su corazón se rompía al percibir el sufrimiento de su compañero, su amor, su razón de ser.

Tweek lo amaba más que a nada, más que a sí mismo, más que al infierno. Él también quería estar con Craig, pero sabía que era imposible. Sabía que Craig tenía una misión, una responsabilidad, una obligación. Sabía que había herido a Craig y el Alpha no podía dejar su vida, su fe, su pueblo. Sabía que Craig lo amaba, pero también lo temía, lo rechazaba, lo negaba.

Tweek no podía soportar más la situación. No podía seguir viviendo así, en la sombra, en la mentira, en el miedo. Tenía que hablar con Craig, tenía que decirle la verdad, tenía que tomar una decisión.

Así que usó sus poderes demoníacos para abrir un portal, y se dirigió a la casa de Craig. Esperaba encontrarlo solo, tranquilo, dispuesto a escucharlo. Pero lo que encontró fue un Craig destrozado, angustiado, desesperado.

Tweek entró en la habitación de Craig, y lo vio acurrucado en la cama, sollozando, temblando, agonizando. Tweek sintió un nudo en la garganta, una punzada en el pecho, una lágrima en el ojo. Se acercó a Craig, y lo abrazó con fuerza, con ternura, con amor.

Craig levantó la cabeza, y vio a Tweek, a su Tweek, a su Omega. Craig sintió un alivio en el alma, una alegría en el corazón, una sonrisa en el rostro. Se aferró a Tweek, y lo besó con pasión, con fervor, con devoción.

Ambos se miraron a los ojos, y se dijeron todo lo que sentían, todo lo que pensaban, todo lo que querían. Hablaron más tranquilos, acurrucados en la cama de Craig.

Se pidieron perdón por herirse y por los malentendidos y las malas explicaciones, se dieron las gracias, se hicieron promesas. Se juraron amor eterno, se entregaron el uno al otro, se unieron para siempre.

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¡Nueva actualización!
Espero que les haya gustado si es así déjenme saberlo en los comentarios.
Nos vemos en la próxima actualización.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora