Más allá de la luna y las estrellas.

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Craig había logrado llegar a la zona del llamado.

Su hermana estaba dormitando sobre su lomo y él había dejado de correr para caminar sigilosamente por la parte tracera del lugar.

No sabía porque, pero se sentía muy feliz y emocionado algo raro en él ya que la mayor parte del tiempo prefiere mantenerse al día, en su agradable y monótona rutina.

+Aquí es.

Le dijo su lobo soltando un bufido ansioso. Si corazón latía fuertemente dentro de su caja torácica, aunque pensaba que había sido por la adrenalina de estar corriendo o de haber salido de casa con su hermana sin el permiso de sus padres.

-¿Qué hay aquí, que nos llama?

Cuestionó Craig a su lobo mirando a su hermana dormida. Empezaba a hacer frío y la pelirroja comenzaría a temblar. Busco un hueco por la cerca del hogar en dónde quería entrar.

Camino hacia una esquina donde había un hoyo entre la tierra y la cerca, rasco un poco más en la zona para que pudiera entrar con su hermana, cuando logro entrar miro a su alrededor en busca de un refugio cálido para él y su hermana.

+El aroma es más fuerte arriba.

-¿Arriba? Estamos buscando un lugar donde pueda tener a Tricia calientita y que no se enferme. No voy a trepar nada hasta que mi hermana no esté a salvo.

El lobo soltó un leve resoplido ante lo dicho por Craig. Se acercó a la puerta de vidrio y recargo una de sus patas. Luego se sentó frente a la puerta tomando a Tricia suavemente con el osico para colocarla debajo de su cuerpo, para evitar que le diera más frío.

La envolvió con su propio cuerpo para brindarle calor, notando cómo se acomodaba la niña en busca de la calidez.

El lobo soltó un par de chillidos como si estuviera herido, al mismo tiempo que rascaba un poco bajo la puerta, esperando pacientemente a que alguien de la casa le hiciera caso y le dieran permiso de entrar para cuidar de su hermana.

Escucho pasos acercarse y se hizo bolita cubriendo el cuerpo de Tricia que comenzaba a temblar.

Volvió a chillar con más desesperación. Su hermana tenía frío y el lugar que tenía un fuerte aroma a café cargado, a su parecer no había nadie.

Los pasos se escucharon más apresurados y con algunos tropezones.

Craig estaba atento a lo que sea que estaba dentro de la casa, sus ojos atigrados, siendo estos una mezcla entre dorado, rojo y verde, brillaban en la oscuridad.

La puerta de vidrio se abrió ante él y movió la cabeza junto a sus orejas tratando de olfatear y escuchar a aquella mujer que estaba parada frente a él.

Olía a café, a leche y... A él.

+Déjanos pasar. Nos está llamando, nos llama, huele a él...

El lobo gruñó evitando que la mujer tocará a Tricia, además de que olía a esa persona que lo estaba llamando, aquella que podía darle ese alivio a la ansiedad causada por el llamado.

-¿Qué haces? Debemos dejar que tome a Tricia, si lo hace podemos pasar y estar con ella. Solo así podrás explicarme lo que hacemos aquí, quién es él, y ese olor tan delicioso.

Discutió Craig con su lobo viendo como este fingía estar herido para poder pasar detrás de la mujer castaña que cargaba a Tricia hacia un mueble acolchado de lo que le pareció era la sala.

Aquella mujer le hizo señas a un hombre que se encontraba cerca del mueble dónde habían acostado a la pelirroja y dejaban que el lobo se subiera para estar a su lado, velando su sueño.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora