¿Infierno?

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Parte 8/10
Sé que tardé mucho, demasiado, en actualizar está historia, pero al final pude salir de mi pequeño bloqueo creativo. Así que aquí estoy, brindándoles un penúltimo capítulo, habrá unos cuantos saltos de tiempo para que se vea un avance un poco más “normal” y no tan lento como el que siento que estaba llevando.

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Luego de volverse a encontrar, ninguno quiso separarse uno del otro, fue así que habían implementado una rutina lo bastante cómoda y, a ojos de muchos que los vieran pensarían que era una rutina aburrida y sin sentido, pero que para Tweek y Craig, era su ritual diario, les encantaba.

Después de la primera noche dónde durmieron completamente abrazados, sin segundas intenciones, a la mañana siguiente hablaron de todo lo que les había pasado por esa pequeña separación.

Tweek explicó su temor a haber sido olvidado por Craig, su creciente miedo que el Omega solo alimentaba con escenarios poco probables y que nunca pasarían. Confesó que, de vez en cuando mandaba a su amigo Pip, por la ropa de Craig para sentirse más agusto y protegido, además de dejarle en claro al Alpha que, de quién le hablaba era de otro Omega, uno ya enlazado con el hijo de Satanás.

Por su parte, Craig expresó sus emociones por primera vez, y quién mejor que con Tweek, con quién ya mantenía un lazo. Le dijo que pensaba que todo había sido una maldita alucinación, por algunas drogas o por intentar invocar a un ser demoníaco.

Aclararon tantos puntos y reunieron los fragmentos rotos que habían dejado entre ambos, para reconstruirse juntos.

A las dos semanas de estar viviendo juntos, en el departamento de Craig, ya había gente del pueblo preguntando por él. Unas señoras que siempre lo iban a ver a misa solo para entregarle las manos de sus hijas en matrimonio, los señores que deseaban hablar con él más a fondo sobre la vida santa, y sin olvidar que sus dos últimos celos fueron terriblemente insoportables, justo como el que estaba por acercarse.

Clyde fue a visitarlos un día y a dejarles cosas para que se alimentarán. Tweek no dejaba de ver al castaño como un intruso, menos cuando en la mochila que les había dejado, había provisiones de todo tipo. Había comida, dinero, ropa y  analgésicos.

—Supongo que ya era momento de prepararse.

El Omega hizo un gesto confuso ante el comentario del azabache, ¿prepararse para que o quien?

—Clyde ha estado trayendo una mochila con muchas cosas que son indispensables para que yo siga vivo, como la comida enlatada, que es algo que no se echa a perder tan rápido. —explicó el Alpha— Y como siempre permanezco aquí en mi casa, es normal que venga con todo esto. Además, no solo dejó cosas para mí, también trajo algo para ti.

Tweek, con mucha cautela y molestia, se acercó a la segunda mochila y la abrió, dejando ver mucha ropa afelpada, y productos de higiene personal para él también.

—Yo puedo hacerlo solo. —refunfuñó el rubio, cruzando los brazos sobre su pecho.

—Lo sé, pero si tenemos quien nos traiga cosas sin tener que salir de casa, prefiero que siga siendo así. No quiero alejarme de ti, ni por un segundo.

El Omega sonrió ante los mimos de Craig. Ese idiota, sabía cómo contentarlo. Aunque aún le quedaba la duda de cómo sobrellevar el celo de Craig, ahora que ya era un Alpha al cien por ciento. No sabía cómo actuaría ni cómo se comportaría. Quizá lo descubriría después.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora