¿Médium o títere o loco?

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Estabas sentado en una silla, incómodo frente a tu escritorio, mirabas fijamente los papeles en la mesa de madera de drago, con colores tanto rojos como blancos, marrones y con la decoración de algunas de sus ramas talladas en el mueble rústico. Suspiraste irritado por pensar en lo que harías, no sabías lo que estaba pasando, tus emociones te sobrepasan a tal grado que notaste las pequeñas heridas que comenzaste a hacerte en los brazos. Suspiras, debes estar tranquilo, fijaste tu vista en la pantalla de tu computadora viendo lo poco que llevabas escribiendo y desarrollando una de tus tantas ideas que deseas hacerle saber al mundo, ideas que tenías desde que eras tan pequeño, todas ellas sacadas de una vida llena de libertad y libertinaje, aunque esto te haya limitado a hacer lo que más deseas, aquello que necesitas tanto, tener la adrenalina, llevandote  al extremo de un abismo lleno de color, felicidad y dicha.

Deja de sobre pensar las cosas. Te regañaste en tu mente mientras te estirabas en tu lugar, escuchando a tus huesos crujir y jadeaste lleno de alivio cuando el dolor de tus hombros disminuyeron solo un poco, para después recargar  la mitad de tu cuerpo sobre el escritorio rústico. Jugaste con los lápices y plumas que se encontraban a lado de tu computadora, intentabas no perder la concentración de lo que hacías antes de jugar con los lápices, aunque pensaste que ya no servía de nada puesto que habías olvidado por completo la idea que desarrollabas, perdiste el hilo de lo que escribías.

—No creo poder seguir con esto. —te dijiste en un susurro mirando tu reflejo en la pantalla apagada de tu ordenador.

—No lo hagas. —te sobresaltas al escuchar una segunda voz, firme y fría detrás de tí, pero al girar la cabeza no había nadie, estabas sola.

Negaste levemente cerrando tus ojos suavemente, mientras sonreían conteniendo una estruendosa risa histérica.

—Estoy cansada, por eso estoy imaginando cosas, estoy alucinando. —susurraste nuevamente, levantandote de la silla y volviste a estirar tus brazos, dando suaves masajes en tus hombros para destensar los músculos. Caminaste fuera del escritorio para ir hacia tu habitación y descansar, pero de nuevo la voz te hizo incomodar.

—Lo sé… —escuchaste y decidiste ignorar otra vez, aquel sonido que te erizaba la piel, no tenías miedo eso ya no lo podías sentir, pero la incomodidad, la extraña sensación de satisfacción e histeria haciendo mella en tu cuerpo te hacía sentir hormigueo en el estómago, deseabas gritar que te dejara sola pero ya no podías, no podías sentir más ese temor carcomiendo cada célula de tu ser que tanto ansias volver a sentir… aquel miedo con el que todos los animales incluyendo al ser humano los caracterizan tanto ante algo que no pueden entender ni tratan de hacerlo y lo único que obtienes es incomodidad, esa sensación que te marea, te hace hervir en un cosquilleo constante el estómago hasta puedes sentir la falta de aire.

—Basta deja de pensar estupideces. —murmuraste mordiendo el interior de tu mejilla haciéndote daño en el proceso, saboreando la sangre que empezaba a llenar parte de tu boca, tragas saliva aún con todas las sensaciones que se arremolinan en tu interior, decidiste caminar a tu cama y recostarte en ella te cubriste con una sábana de seda negra. Seguias pensando en aquella voz que te habló aún estando sola en casa, querías reír pero lo único que salía era una sonrisa, querías llorar y gritar pero lo único que salían eran jadeos y sollozos, estabas triste porque deseabas estar acompañado y no sentirte tan solo, no salía ninguna lágrima habías olvidado que tus lagrimales fueron heridos en un accidente cuando eras pequeño, ya que estos tenían pequeños fragmentos de cristal y tus hermosos ojos de un color singular no dejaban de sangrar, obviamente perdiste ambos ojos y por eso te operaron para colocarte un par de ojos que no eran del mismo color que con los que habías nacido.

Aprendiste no sentir nada, quizá olvidaste como se sentían aquellas emociones que tanto anhelabas sentir otra vez, las únicas que necesitabas sentir ahora son la adrenalina, el éxtasis de la situación de saberse con vida, de estar pendiendo de un hilo entre la vida y la muerte a cada paso que dabas cada que escribías, ese placer al que te sabías adicto. Cada que escuchabas, cada que hacías algo, cada que murmurabas, aún así tenías una vida feliz y tranquila pero, aquella voz afuera de tu habitación arañando las paredes y los muebles te hacen sentir incómoda a tal grado que tú cuerpo se paralizó, esto te emocionó tanto que pensaste que estabas experimentando el miedo de nueva cuenta, aquel temor del que necesitabas para seguir existiendo en este mundo, y hacer de cuenta que no te sucede nada.

Lo que no sabías es que en realidad la parálisis se debía a que había un ser de forma oscura sobre tus piernas recostado sobre ellas como un gato buscando caricias de su amo. Sentías el frío de aquel ser que te proporcionaba su figura incluso aunque solo pudieras ver su silueta, la incomodidad desapareció y te provocó un revoloteo en el estómago creíste que ibas a vomitar pero en realidad no había sido así, solo estabas imaginando cosas, siempre alucinabas tanto y tan alto que la caída era dolorosa, teniendo que volver a la realidad, ese golpe de la caída que te dio fue tan fuerte dándote cuenta que lo único que hacías era imaginar, soñar despierta la mayoría del tiempo y para ti eso era más que suficiente, sentirte una medio de lo sobrenatural que te exitaba el solo pensarlo.

Aquel ser tiene nombre pero tú no lo sabes porque eres un hombre humano, moreno de ojos verdes con unos cuantos tatuajes y perforaciones algo que te hace feliz es al menos revisar cada detalle de cada dibujo grabado con tinta indeleble sobre su piel.

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Espero que les este gustando está nueva idea que me surgió, en realidad es una tarea que hice para un taller que estoy cursando en la universidad solo que aquí tuve que cambiarlo, a Craig. Está narrado por titiritero
((es decir, YO describiré todas las acciones como si Craig fuera un muñeco, un títere al que puedo manejar a mi antojo)). En fin espero que lo disfruten.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora