Más allá de la luna y las estrellas.

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—Tweek, ¿Ya te sientes me... ? —la mujer quedó sorprendida al ver un bulto tembloroso en la cama de su cachorro, supuso que era Tweek, pero conforme se acercó a la cama el bulto se movía más, era un poco más grande que su hijo.

—¿Ma-mamá?...

Un sonido gutural salido desde la garganta del rubio, asustó a Helen. La voz era como un gruñido ronco y arisca, sonaba de muy mal humor o bueno eso es lo que escucho Helen. Su cachorro estaba en plena transformación y aunque no lo oía quejarse, podía percibir su miedo y angustia, por su olor, y aquellos temblores constantes bajo todas esas cobijas en la cama.

—Tranquilo hijo mío, esto es normal, ya pasará. —consoló abrazando al rubio que no dejaba de temblar— Shh, mami está aquí para cuidarte.

Lo arrulló tarareando una mediodía que solía cantar la abuela del Omega.

Cuando Tweek dejo de temblar, Helen levanto sus cobijas para poder ver a su cachorro, estaba asustada y emocionada por partes iguales. Pero lo que encontró fue a su hijo atrapado en una transformación media luna. Estaba dormido pero aún así soltaba suaves gruñidos entre sus sueños.

—Cariño, ¿Cómo está Tweek? —preguntó Richard entrando a la habitación sin hacer mucho ruido.

El castaño quedó sorprendido al ver a su hijo, al menos no se había quejado de dolor por la transformación pero le asustaba saber que su cachorro se quedaría así durante un tiempo, tenía que completar su transformación pero no lo forzaría quizá esto tomaría tiempo.

—Richard el... —sollozo la mujer. Estaba preocupada igual que él, pero debían ser fuertes para ayudar a su hijo.

Ambos se abrazaron consolandose mientras esperaban que Tweek se terminará de transformar.

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—A mi no me andes gruñendo jovencito.

Un gruñido aún más fuerte y gutural salió del lobo negro, habían pasado unas semanas quizá desde que se había transformado y aún no lograba volver a la normalidad, es más, con el pasar de los días se volvía mas inquieto y molesto, le gruñía a todos en su familia, a excepción de Tricia, y hasta a veces los amenazaba con morderlos si se acercaban a él.

Paso de parecer un cachorro de lobo a un lobo joven, se veía un poco más grande que su transformación original, ahora Tricia lo montaba para que jugará con ella. En ocasiones hasta a ella le gruñía y eso a Craig lo molestaba porque intentaba comunicarse con ella, pero no le entendía, el lazo de manada no era tan fuerte como para que pudieran comunicarse a través del pensamiento.

La mayoría del tiempo se la pasaba encerrado en su habitación, o en el patio tracero de su casa, escarbando pequeños hoyos dónde se metia a dar un baño de tierra, y más cuando llovía, se ponía a jugar en el lodo sin necesidad de cubrirse por enfermarse.

—Craig, mamá dice que... Oh.

—“No solo me digas "oh" Tricia” —se quejó en un leve gruñido viendo la sorpresa pintada en la cara de su hermana.

—Espera tu... —lo medito unos segundos antes de volver a decir algo— Tú, hablaste...

Ahora su expresión había cambiado a uno lleno de emoción. Los ojo del lobo giraron hacia ambos lados como buscando una explicación a lo que estaba pasando.

Era algo nuevo y eso se salía de su rutinaria y monótona existencia.

Craig soltó un leve suspiro y se levantó de su cama saltado al suelo, camino elegante hacia su hermana y la tomo suavemente del brazo izquierdo, jalandolo hacia sí.

—¿Te sientes bien? Estás actuando un poco extraño... Bueno más de lo que es normal en ti. —preguntó entrando a la habitación del azabache y acariciar su cabeza, dándole suaves masajes en las orejas y detrás de estás.

No recibió respuesta más que un leve ronroneo gustoso de parte del lobo. Quedaron así unos minutos antes de que el azabache se apartará de ella para ir a la ventana y mover sus orejas tratando de captar el sonido del exterior.

—Deja la abro un poco, quizá así deje de apestar a perro mojado aquí. —se quejó ella riendo ante los ojos de cachorro que le hacía Craig porque abriera la ventana.

Al deslizar la hoja hacia su derecha pudo ver cómo su hermano asomaba la cabeza olfateando el aire, como buscando algo en específico.

Craig estaba desesperado, había escuchado la voz de alguien llamándolo, pidiendo que valla a su lado. Pero creo que ya estaba alucinando por lo que al sacar la cabeza por la ventana pudo percibir un ligero aroma familiar, su corazón latía desbocado con tan solo olerlo, tenía una gran necesidad de ayudar a quien le este llamando, de quien tiene ese olor a caramelo mezclado con café que tanto le estaba gustando.

—“Tricia, ayúdame a salir de aquí y te prometo que jugaré contigo todo lo que quieras cuando pueda volver a la normalidad.” —chillo restregando su osico con la mano derecha de la pelirroja.

—Esta bien —suspiró dandole palmadas en la cabeza al animal— Pero cuando regresemos tendremos que saber porque puedo comunicarme contigo cuando escucho tu voz en mi cabeza. Es muy extraño.

El pequeño Alpha accedió dejándose guiar por Tricia hacia la habitación de ella y abrir la ventana. Le hizo señas de que debían saltar por ahí porque estaba más cerca del suelo, Craig tomo a su hermana mientras ella se acomodaba sobre su lomo abrazandose al cuello del lobo, que salto apenas sintió a su hermana más segura sobre su cuerpo.

Al estar en el suelo, Craig volvió a escuchar esa voz y ese mismo aroma, sin pensarlo corrio hacia el lugar donde provenía el llamado, Tricia se aferraba a él mientras corría saltando las pequeñas ramas o rocas que habían en su camino, debía cortar por el bosque hacia ese lugar, esperaba que su lobo no lo estuviera llevando hacia una posible pelea de Alphas.

Craig era el único Alpha que podía transformarse, debido a su familia, de hecho eran las únicas personas que podían transformarse a voluntad y por eso sus padres no lo habían dejado salir si no era con ellos, los cambia formas ya no eran bienvenidos en esa sociedad.

Esperaba no caer en una trampa o nunca se perdonaría el haber llevado a Tricia y pedirle su ayuda para salir de casa sin sus padres.

Esta sociedad solo se regula de los subgéneros, hacia años que no había cambiaformas en ese pueblo en las montañas, bueno al menos no que Craig conociera.

—Craig. —el susurro de su hermana lo hizo ir más lento— Alguien nos está siguiendo, tengo miedo. —dijo en el mismo tono, escondiendo su rostro en el pelaje negro de su hermano.

Craig lo sabía. Sabía que Tricia tenía miedo porque olía a eso. Camino más tranquilo, haciéndose el tonto cuando de nuevo ese llamado lo alteró, trato de mantener la compostura para no alertar a quien lo estaba siguiendo.

Estaba cerca de llegar a ese lugar de donde escuchaba el llamado y el aroma. Solo unos metros más y ya estaría dentro del territorio de una manada de cafeteros al parecer, por el olor fuerte a café cargado y recién hecho, del pueblo vecino.

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Esta historia será corta como de unos diez capítulos, eso sí no la abandonó antes como el resto de mis historias de otras parejas y otros fandoms.
Espero
que les haya gustado si es así déjenme saberlo en los comentarios.
P

ublicado el 8 de julio 2023.
Editado el 11 de octubre 2023.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora