Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)

Labial.

Siempre pensaba en con se vería si usaba maquillaje, pero nunca lo intentaba o lo hacía.

Tenía miedo de lo que Craig pensará de él, que tal vez se estaba volviendo muy afeminado o algo así.

Aunque ambos eran rudos y se peleaban hasta dejarse una que otra costilla lastimada o torceduras de brazos.

Eran adolecentes con las hormonas al tope y cualquier cosa podría hacerlos enojar o desearse de manera física.

Siempre se llevaban rudo, no eran la típica pareja de novios que trataban de ser otra persona frente a su amor, no ellos no eran así.

Siempre se gritaban y se decían todo lo que pensaban y sentían, Tweek podía ser él mismo con Craig y este usaba su verdadero ser.

Ambos conocían facetas del otro. Eso les gustaba a los dos, por eso es que evitaban mostrarse así delante de sus amigos.

—Tweek, necesito que me ayudes con algo. —Wendy lo miro al entrar en la cafetería— por favor, es solo un momento... —sonrió y le suplico con la mirada.

El rubio la miro, había estado sobrepensando todo de nuevo que no se dió cuenta que Wendy le pedía ayuda.

—¿Qué? —sonó confundido.

—Parece que alguien está muy distraído —suspiró de forma cansada— te vengo a pedir que me ayudes.

Tweak asintió. Se quitó el delantal y le dijo a sus padres que iría con su amiga un rato, ellos aceptaron puesto que su hijo necesitaba salir a tomar un descanso, parecía más ido de lo normal y eso los estaba preocupado.

—No llegues tarde a casa. —se despidió su madre, y Tweek solo asintió.

Ahora eran Wendy y él. Caminaron hacia la casa de Heidi, quedaron de verse ahí para lo que necesitaban hacer.

El Omega no sabía en lo que se había metido.

Sus amigas se daban cuenta de todas las veces que se le quedaba viendo a los labiales rojos y rosas que veía en el centro comercial cuando iba con ellas de compras.

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—Oh vamos Fucker, eres el único que no ha dicho nada desde que salimos de la casa de Clyde —se quejó el moreno.

El azabache no dijo nada. Estaba pensando en lo que habían dicho antes.

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“—¿Se imaginan que nuestras novias conspiren en nuestra contra y ellas decidan hacer un cambio de roles?.

Todos miraron al castaño. No le entendían.

—¿Te refieres a que ellas se vistan de hombres por un día y que nos hagan vestirnos a nosotros de mujer? —el afroamericano seguía confundido.

Los tres se miraron entre sí. Dos Alphas y un Omega.

—No. Me refiero a que ellas decidan hacerse pasar por varones y pues nosotros nos quedemos como estamos. A menos de que quieras vestirte de mujer Tolkien —se burló del Alpha de color.”

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Esa pequeña charla aún giraba en su mente. ¿Tweek sería capaz de vestirse de mujer por culpa de sus amigas?

No. Eso sonaría muy raro, aunque ver a Tweek con un poco de labial rojo lo hacía querer verlo así.

Algo dentro de Craig le decía que sí seguía imaginando eso, terminaría con una dolorosa erección y aún no llegaba a su casa.