Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)

Marca Omega

—¡Craig!

Avergonzado por el comentario y la actitud del Alpha se sonrojo hasta las orejas. Eso había sido demasiado bochornoso, algo que el azabache recordaría siempre. Una risa masculina y varonil proveniente de Tucker lo contagió un poco. Ambos rieron como el par de tontos enamorados que eran.

—Te amo Tweek.

El Omega se escondió en el pecho del más alto, trataba de ocultar su rostro a toda costa además de inhalar el delicioso aroma a granos de café con canela de Craig, con una mezcla del propio aroma de Tweek, eso lo hacía sentirse orgulloso de haber marcado con su olor al Alpha.

Tweek siendo un Omega celoso buscaba muchas manera de marcar a su pareja para que nadie se le acercará, una de esas maneras es dejarle impregnado su aroma, otras es morder el cuello de Craig Tucker justo como lo hizo con Tweak para crear la marca de unión.

Permanecieron en silencio, uno cómodo y relajante. Ninguno quería decir nada, para evitar romper el ambiente que se había hecho.

El Alpha ronroneaba contento al igual que el Omega. Les gustaba la cercanía de ambos, pero había un problema. Tenían que trabajar, así que Tweek utilizo su último as bajo la manga.

Libero todo su aroma de forma fuerte, seduciendo a Craig, algo que funciono a la perfección.

—Amor.. —el azabache parecía no querer ceder ante lo tentador que era el aroma de su pareja.

Ese olor era afrodisíaco para el Alpha. Quien sin necesidad de estimulación, ya sentía su pene despertar.

—Alpha. —la manera en cómo lo llamaba era un detonante para su poca cordura.

Tucker trataba de resistirse ante el adictivo y llamativo aroma a seducción de su Omega.

Se aferró a la cadera de este sintiendo como el olor se intensificaba además de que las caricias del rubio no ayudaban en nada.

—No caeré está vez... —trago un gruñido al sentir  los glúteos de su pareja sobre su semi erección.

“Mantente lúcido”  se repetía mentalmente una y otra vez, esperaba eso funcionará.

Los besos en su cuello lo estaban doblegando. Quiso saber hasta dónde era capaz su Omega, de llegar con tal de cumplirle su capricho.

Criag le soltó una nalgada al Omega, quien solo gimió en su oído y rogaba por más de ese “castigo” que apenas iniciaba.

Pronto otra nalgada le fue proporcionada del lado izquierdo y el Omega no hizo más que gemir y restregar su cuerpo con el del otro.

Tucker pensó que esto se estaba saliendo de control, pero tampoco quería ni deseaba parar lo que habían comenzado.

Este sería el mejor inicio de semana y del día para ir a trabajar.

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¡Volví! Espero que les haya gustado esta historia corta, si es así déjenme saberlo en los comentarios, ya saben que tomo en cuenta cada cosa que me comentan, para mejorar. Lamento no haber podido actualizar antes, no tenía tiempo, pero estoy viva (por si pensaban que algo me sucedió).