Más allá de la luna y las estrellas.

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—Oh, Craig... —su madre parecía preocupada de ver a su cachorro de esa forma.

Ella creyó que tardaría mucho tiempo en que el cambio sucediera, estaba resignada a que este cambio se diera hasta cuando Craig fuera adulto, pero al parecer no fue así.

—Hijo tenemos que hablar. —le dijo su padre una vez estaban en la habitación del joven azabache.

Los tres estaban en silencio, los progenitores de Craig pensaban en cómo decirle la verdad.

—¿Por qué me está pasando esto?... Yo solo quería ... Pasar un rato agradable con mis amigos... —soltó molesto, apretando sus puños para evitar hacer algún movimiento que implicaba lastimar a sus padres o a si mismo, no quería descargar su ira con ellos, no lo merecían.

Un tercer aroma lleno la habitación, Laura y Thomas se miraron entre sí, su hijo estaba teniendo su presentación, su aroma delataba el nuevo estatus en el que se encontraría, su casta saldría a flote con el lado animal de Craig, el cambio completo estaría por darse y aunque el joven azabache ya tenía a su lobo interior este deseaba salir a conocer el mundo, por eso el cambio tan repentino.

—Hijo tranquilo, escucharme. Soy tu mamá... —le llamo con preocupación y temor.

Pronto el azabache jadeo de dolor abrazándose a si mismo. Su lobo estaba tomando el control de su cuerpo, dejando ver a un cachorro de pelaje totalmente negro, y sus ojos atigrados brillantes.

—Esto no tiene que pasar... Aún es un niño,  es mi niño... —Laura soltó su llanto siendo abrazada por su esposo.

—Tranquila, el va a estar bien. Solo debemos explicarle que le sucede, debe tener miedo al igual que nosotros —dijo el Beta consolando a su mujer.

Craig los miraba desde su cama, no entendía que estaba sucediendo, estaba aterrado, sus padres estaban preocupados y él no podía responderles con nada más que solo jadeos y chillidos tristes mientras los miraba.

El joven azabache estaba temblando aún siendo un lobo completo, sus ojos mostraban su confusión y el miedo, además de su olor, este delataba su estado de ánimo.

Un gruñido bajo, acompañado de un sollozo por parte del animal, hicieron que ambos Betas lo abrazaran llorando con él.

—Hijo escúchame, no tengas miedo —inició la mujer conteniendo sus lágrimas— esto es normal, no tienes porque temer... Nosotros te vamos a cuidar durante todo el tiempo que dure esto... —la rubia beso la frente del animal, acariciando sus orejas y parte de su lomo.

—Craig, no puedes salir de casa ahora, sería peligroso que lo hagas si no es con alguno de nosotros —Thomas trataba de no llorar y abrazo suavemente a su hijo— No queremos que alguien te haga daño. Tu aroma es muy fuerte, podrían haber Alphas buscando pelea y no voy a permitir que te lastimen —espetó seguro de sus palabras, llenas de cariño y convicción.

Craig sentía que teniendo a sus padres podría soportar todo lo que le estaba pasando ahora. Pronto se alejo de ellos para ir a rascar la parte de abajo de la puerta de su cuarto, quería salir a buscar comida.

—Al parecer logro entendernos y se calmo. —dijo la Beta viendo como el lobo negro se acercaba a ella y restregaba su hocico con las manos de la mujer.

—¿Quieres salir? —cuestionó el pelirrojo, recibiendo la mirada suplicante del lobo.

Un toquito en la puerta los hizo sobresaltarse. Craig se escondió detrás de su mamá con la cola entre las patas, tenía miedo de todo lo que le rodeaba estando en esa forma.

—Mamá, Papá... —llamo la hija más pequeña de la familia— ¿Qué pasó? ¿Craig está bien? —cuestiono ella, viendo a sus padres salir de la habitación de su hermano mayor junto a un animal— ¿Que hace eso en la habitación de Craig? —los adultos se miraron entre sí y luego bajaron con ella a la sala siendo seguidos por el lobo.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora