Soulmates: extra 7

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—Oh vamos... No puedes seguir enojado conmigo por siempre. —suspiró frustrado Tolkien, su pareja aún no le hablaba del todo— Estamos unidos por el sagrado lazo de unión y no puedes estar evitandome para siempre.

El Alpha se cruzó de brazos sentado en el sofá de la sala de la casa de Clyde quien estaba de lo más normal cocinando para ambos, aunque sin dirigirle la palabra al Afroamericano.

Había transcurrido un mes exactamente desde que “reto” a Craig, gruñendole al Omega rubio, en la cafetería del mismo. Las primeras semanas, Clyde pudo soportar el no sentir cerca a Tolkien en la misma cama porque lo había hecho dormir en la sala, el Omega castaño solo se calmaba con el aroma del Alpha de color.

A los pocos días de eso, Tolkien entró a la habitación a escondidas para abrazar a Clyde en la cama, la lejanía incluso en la misma casa lo estaban matando, Donovan no se negó pero seguía sin dirigirle la palabra, aún seguía resentido de que le haya gruñido a su mejor amigo, a su hermano de otra madre, lo quería casi como a un hijo.

—Bien no me respondas ... —el moreno hizo un puchero que Clyde apenas logro ver antes de servir el desayuno de ambos y colocarlo en la mesa de la cocina.

Para Tolkien era una tortura no escuchar la melodiosa voz de su cónyuge, aquel sonido tan hermoso y cautivador como el canto de una sirena, solo que en este caso el Omega castaño sería un tritón. Aunque últimamente le era imposible no estar pegado a Clyde desde hace un par de semanas, en esos días noto que el aroma de su pareja había cambiado un poco, se había hecho más intenso, más atrayente, más seductor, incluso más concentrado que en cada oportunidad que tenía, abrazaba al Omega por la espalda y comenzaba a inhalar su aroma teniendo la frente recargada sobre el hombro del castaño o a veces hasta cuándo Clyde dormía se ponía a olfatear de donde proviene ese exquisito aroma que lo estaba volviendo loco.

—Clyde, yo...

El Alpha se quedó sin palabras al notar un ligero crecimiento en la parte abdominal de su pareja, parecía que estaba subiendo de peso, pero era extraño ya que no comía mucho y cuando lo hace es solo en la cafetería de Tweek.

El Omega lo miro confundido. “¿Tengo algo en la cara o que? ”.   Pensó el castaño algo irritado y triste, quizá sus hormonas estaban alborotadas por la situación de estar peleado con su pareja.

—No, no, olvídalo creo que ya me estoy imaginado cosas que no son —le miro una última vez antes de terminar su desayuno e irse a la habitación para solucionar un problema con su lado animal.

El castaño se alzó de hombros terminado su desayuno para salir a la cafetería de Tweek, quien debería estar esperándolo con el antojo del día, y no podía negarse a los mimos que recibía por parte del Omega rubio ni de Craig, que se portaban más sobreprotectores con él, era como si supieran algo que ni Clyde ni Tolkien sabían.

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—Craig, estate quieto... —soltó una leve carcajada mientras su Alpha le abrazaba y besaba su rostro— estamos en la cafetería, y debemos esperar a Clyde para entregarle su pedido —le recordó poniendo sus manos en el pecho del azabache quien le sonrió un poco antes de pegarlo más hacia su pecho y besarlo como tanto deseaba.

Tweek se dejó llevar por el beso, cerrando los ojos para profundizar la caricia, acariciando el pecho de Tucker por sobre la ropa. Se perdieron en los labios del otro, en su sabor, en su textura y en el calor de sus cuerpos.

Una tos falsa los hizo separarse, Craig apego mas a Tweek quien estaba avergonzado y rojo hasta las orejas por lo que acababa de pasar.

—Chicos, vallan a un hotel. —comentó Clyde viéndolos cómplice, sabía que el celo de ambos se acercaba pero el que parecía tener todos los síntomas de un pre-celo era Craig, quien actuaba más por instinto que por razón— aunque aún pienso que soy muy joven para ser tío, ya se los había dicho. Esta es como la décima vez en los últimos dos días —agregó.

Donovan estaba mirándolos con un inusual brillo en la mirada que hicieron a Tweek y a Craig abrazar al castaño, quien le dió mimos a la pareja, parecían dos pequeños cachorros en busca de la atención de su mamá.

“Ellos se comportan como si fueran niños, en busca de los mimos de mamá, es como si me vieron como una madre.”.  Con este pensamiento el Omega castaño solo una carcajada por la actitud de sus amigos.

—¡Clyde!  —avergonzado el Omega rubio se separó del abrazo mimoso, para atender al castaño.

—Tienes muy consentido a mi pequeño Craig, además de que se ha vuelto muy manso cuando está contigo —dijo jugando con el cabello del Alpha que no hacía nada más que buscar más palmaditas o caricias en la cabeza.

—No soy yo solamente. —reprochó mirándolo acusador mientras sacaba la bolsa con el pedido del Omega castaño.

Craig sentía que estaba en casa, con ambos Omegas se sentía tranquilo, pero últimamente quería cuidar a Clyde porque sabía que olía a Omega en cinta, estaba confundido ya que Tolkien debe haberse dado cuenta antes que él, pero al parecer no era así.

—Hueles a leche materna ... —soltó en un susurro el Alpha azabache alejándose del abdomen del Omega castaño.

Eso desconcertó a ambos Omegas quienes se miraron entre sí antes de notar que Craig cabeceaba y luchaba contra el sueño para evitar quedarse dormido en la cafetería, el olor de Clyde lo adormeció, recordándole el olor de su madre cuando parió a Tricia.

Ese aroma de su madre siempre lo relajaba, a tal punto de hacerlo dormir.

—¿Qué dices? —su voz salió rota por la sorpresa y el nudo en su garganta— Tweek, ¿Acaso tú lo...?

—Supongo que no te habías dado cuenta. Yo tampoco lo había notado de no haber sido por Craig que ha estado sensible estos días, dice que entre los tres —señaló a Clyde, Craig y a él mismo— creamos un lazo de manada que nos hace poder sentir más tu aroma que es como el de una madre tratando de arrullar a su cachorro, es cómodo y me da sueño —explicó tratando de que Tucker no se quedará dormido sobre la barra.

Donovan tenía mucho en que pensar. Y él creía que Tweek sería el primero de los dos en terminar embarazado por lo descuidado que se había vuelto Craig al querer estar teniendo sexo por casi toda la parte del almacén en la cafetería, y eso que solo los vio una vez por accidente, no había sido si culpa al no ver a nadie en la cafetería, está estaba cerrada y ento por la puerta tracera, de solo recordarlo le daba escalofríos.

—Debo consultarlo con un médico y con Tolkien —comentó el Omega castaño dandole un leve golpe a Craig quien despertó alterado, poniéndose a la defensiva cuidando de ambos Omegas haciendo reír a Clyde— ya me voy chicos. Craig si tienes sueño, ve a casa con Tweek y duerman, necesitan descansar, tener energía para los próximos días de su celo.

La pareja asintió despidiéndose el castaño quien camino a su hogar aún pensando en lo que le habían dicho sus amigos, debía decirle a Tolkien sobre lo que era una leve sospecha pero que parecía ser confirmado por un Alpha de alto rango al igual que un Omega ya era demasiado importante.

Quizá estaba sobre pensando todo  y solo debía ir al médico para reconfirmar lo que le dijo Tweek.

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Espero que les haya gustado si es así déjenme saberlo en los comentarios, claro sin ofender este trabajo de un fan para fans. Me gusta leer sus convenios y aunque a ceves tardo en contestar, intento hacerlo lo más rápido posible aunque a veces no lo parezca.

Tweek y Craig (One shorts Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora