Ingrediente Equivocado.

220 38 31
                                    

Dreamcraft me habló sobre la creación de objetos mágicos y el como dirigir la energía hacia ellos; según él, ya tenía lo más difícil dominado, pues me puso a tallar arcilla, madera y a trabajar en un objeto de mi elección elección la próxima hora y media.

En sus palabras, era muy buena artesana, aunque no entendía porqué, una verdadera obra de arte debía ser difícil y llevar tiempo, por lo que lo que hice no parecía tan grandioso; aún así, me faltaba un material muy importante para terminar mi trabajo, solo que conseguirlo... tal vez pondría mi trasero en juego... literalmente.

Ay, me daba mucho miedo.

También me ayudó a dirigir un poco mejor mi magia, al menos mientras no tratara de hechizar objetos de forma muy específica. No era como si ya pudiera crear mis artefactos mágicos, pero al menos sí tenía parte de la teoría sobre cómo hacerlo y me explicó dónde y cómo buscar.

Debo decir que me mataba la curiosidad sobre la posibilidad de crear distintos objetos mágicos, y es que siempre me gustó dibujar, esculpir y demás; por supuesto que me interesaría sobre algo así.

Ya le preguntaría después sobre el tema a la directora.

—Bien, ha sido un grandioso trabajo el día de hoy, tal vez mañana podamos seguir hablando —Dreamcraft era incluso más amable y paciente que la directora Morgana, un buen maestro de verdad—. Además, veo que aún no te decides a terminar ese artefacto, tal vez ir a dormir te ayude.

—Muchas gracias.

—No hay de qué, toma tu lugar en la habitación de Morgana en el cuarto contiguo a este y trata de no molestar a los demás niños, parecen agotados el día de hoy por alguna extraña razón.

Asentí y salí, ya todo estaba oscuro salvo por la tenue luz que aportaban algunos quinques y la luna filtrándose por un hueco en el techo.

De verdad, todos los niños dormían en el suelo algo más lejos de nosotros,  me sorprendía que no estuvieran corriendo de un lado a otro, pero por otro lado, mi vista se fijó en cierta persona apartada del grupo, dormida sobre un montón de cajas y en una posición al menos dos metros elevada sobre el resto.

Uno de sus brazos colgaba, saliendose de la delgada manta que la cubría.

Valkan lucía como una hermosa y fuerte hada siendo bañada por la luz directa de la luna, y ese brillo, más que llamar mi atención, me decía que ella tenía lo que necesitaba.

Tal vez...

Me acerqué con cuidado, daba algo de miedo en realidad, pero tenía que ser valiente, esto era por una buena causa.

Esquivé a los niños durmiendo sobre pequeñas camas improvisadas con cartón en el suelo, caminando lo más despacio que podía, incluso me quité los zapatos y cuando llegué al pie de las cajas, me topé con el problema de que tenía que escalar.

Traté de asomarme, pero aparte de que estaba muy alto y un salto no me daba la vista que quería, tampoco conseguiría el tiempo suficiente para buscar.

Tomé impulso y apoyé mis manos en la orilla de aquellas cajas de madera, subiendo con algo de dificultad, ¿cómo es que ella trepa esto casualmente antes de dormir?

A mí me daría pereza.

Al parecer le gustaban mucho los lugares altos,  así que tras mi esfuerzo, pude subir junto a ella, que usaba una larga túnica algo vieja y maltratada para dormir; probablemente quería algo ligero después de la pelea, yo no me podría mover si mi cuerpo hubiera sido presionado así.

Comencé a buscar, pero no veía nada alrededor, así que cuidadosamente, tuve que retirar su manta, mi corazón latía muy rápido y tenía miedo de lo que diría si me descubriera, pero esto era necesario, necesitaba...

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora