Transferida a una Escuela de Brujas Tomo II

Guía Equivocada

Autor.

Hola hola!

Feliz Samhain a todos!

Y en esta fiesta tan especial, por supuesto que no podía faltar capítulo de Escuela de brujas!

Wow, segundo Samhain de esta historia, ya tiene un año del capítulo de la traición de Mavis.

¡Cómo vuela el tiempo!

En fin...

¡Disfruten!

—¿Segura que quieres ir tú sola?

—No.

Mi hermana y yo comimos algo luego del baño y me acompañó al salón del club de las amantes de Lucifer, ahora estábamos frente a la puerta.

—Pero creo que... que puedo...

—Buena chica, aunque para ser sincera, tenía ganas de entrar, me produce cierta nostalgia estar aquí.

—Cierto, que eras una amante de Lucifer.

—Y la bruja más talentosa de mi generación, no se te olvide —respondió con arrogancia.

—Bueno... si quieres, puedes entrar conmigo.

—Lo haré.

—Ay, que alivio —suspiré sintiéndome más segura—. Es decir...

—¿Qué alivio que puedas ayudarme a recordar?

—Eso —respondí agradecida por su ayuda para no herir mi ego.

Abrí la puerta y el caos se desató.

Domino estaba en una esquina sobando el estómago de Musidra, Nete jugaba videojuegos recargada en uno de los posabrazos del sofá, con su sudadera sobre el trasero mientras otra chica husmeaba entre sus piernas; Svetlana bebía sobre la mesa de reuniones mientras el vodka le escurría por la boca y otra chica bebía los sobrantes de su cuello.

Pao se encontraba desnuda, forzando a una chica a que le hiciera sexo oral... creo.

—No más, por favor, tengo qué estudiar.

—¿No vas a obedecer a tu hermana mayor que se siente tan sola?

La chica volvió a poner la lengua entre sus piernas.

—¿Vez? ella sí obedece a su hermana —Rebecca se burló de mí.

Freila lanzaba hechizos a distintos objetos que eran arrojados al aire por Caliope.

—Ay... —¿qué diría mi hermana de esto?

—Increíble... —estaba pasmada, así trataban a su querido club—. Todo es tal y como recuerdo —¿Qué?

—¡Hey! ¡me hiciste perder! —Nete se quejó de pronto.

—Perdón.

—Te dije que podías hacer lo que quisieras mientras no me movieras.

—Emmm... ¿hola? —hablé y Freila fue la primera en notar mi presencia.

—¡Chicas! ¡Erika llegó! —todas se acercaron en mi dirección, Pao incluso se vistió.

—Increíble, sí vino.

—Les dije que vendría, ella nos mostrará donde hacer la fiesta —Pao me abrazó satisfecha y luego se dirigió a Freila con la mano extendida—. Paga.

La líder curvó los ojos y... metió las manos bajo su minifalda falda, quitándose las bragas, escandalosas y con perlitas.

—Toma —se las dio de mala gana.