—Entonces, eres una híbrida... —la hermana de Mavis escuchaba la explicación con rostro serio mientras reposaba sobre su cocodrilo.
Mavis guardó silencio con la cabeza baja esperando una reacción.
—Bueno, ¿qué se le va a hacer? ¿le estabas enseñando el lugar a tus amigas? —la hermana era igual que la madre.
—¿No te importa?
—No es que no me importe, pero al menos luces sólo como una bruja morena, quizá con algo de maquillaje puedas regresar a la escuela.
—¡¿Qué?! ¡no puedo usar maquillaje siempre!
—Y no será siempre, escamosa, irás acercando poco a poco el maquillaje al color de tu piel actual hasta que nadie pueda notarlo... como cuando redujimos el tamaño de los sostenes de tía Acvis, ¿recuerdas?
Mavis sonrió un momento.
—Sí, parecía que sus pechos iban a reventar al final —pero su sonrisa no duró mucho—. No es lo mismo.
—Créeme, si el cambio es lo bastante gradual, la gente ni lo nota, así me metí poco a poco en la vida de Bokla.
—¿El vecino de la izquierda?
—Tiene una novia muy celosa y posesiva, así que empecé visitándolos para intercambiar noticias del pueblo, luego recetas, luego charlas y ahora no les parece raro que amanezca en su cama.
La gótica entrecerró los ojos.
—Eres una zorra.
—No, Mavie, soy una víbora, me acerco sigilosa y cuando menos te das cuenta, me deslizo entre tus piernas —saltó sobre Mavis y la abrazó antes de morder su cuello—. Luego te dejo todo mi veneno adentro.
—Ya, para —la gótica no parecía poder conservar un estado serio hablando con ella, lo que me alivió un poco, sólo reía y la empujaba.
—Vamos Mavis, veremos cómo solucionar esto mañana, pero ahora que estás aquí y además es Yule, tenemos dos cosas qué celebrar.
—De acuerdo —accedió con una sonrisa relajada.
—Bien, vengan, les mostraré los cambios que hemos hecho en casa desde que te fuiste —subió a su cocodrilo y este comenzó a caminar—. También presentame a esa linda chica de cabellos púrpura, tengo ganas de ser una víbora con ella.
—¿Eh? —Avelin reaccionó confundida.
—Vamos, suban.
Estaba algo dudosa, sabía que las mascotas de las brujas eran distintas a los animales normales, pero aún así, montar a un cocodrilo, y más uno de ese tamaño...
—Apresúrate, Erika —Mavis me dio una nalgada que me hizo caminar hacia en frente y la miré de regreso antes de voltear nuevamente al cocodrilo, suspiré y me senté.
—Voy yo, Avie, tú vas al frente.
El algodón también mostraba cierto desagrado antes de sentarse frente a Ravis, y no la culpo.
La sensación de sus escamas era tan rara... ¿por qué tuve qué ponerme minifalda?
De pronto, una sensación de presión me sorprendió.
—¡Mavis! —estaba apretando mis pechos.
El cocodrilo comenzó a caminar.
—Tengo que sujetarme de algún lado, ratoncita.
—¿Eh? ¡¿quién te lo contó?! —ay no, no puede ser.
—¿Contarme qué? —contrario a lo que pensaba, ella actuaba confundida.
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Transferida a una Escuela de Brujas Tomo II
FantasíaContinuamos con las desventuras de Erika y sus amigas tras la caída de la secta de Ginebra. Veremos a nuevos personajes, nuevas situaciones tan excéntricas como solo podrían ser al estar involucradas las brujas y aventuras que pondrán a Erika en sit...