Recompensa Equivocada

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Autor.

¡Feliz Yule a todos!

Y siendo este día tan significativo, ¿cómo podría no darles un regalo?

Una fiesta de Yule en la historia durante Yule en la vida real, que coincidencia.

¡Disfruten!

Besitos.

Ligeramente oscuro, no lo suficiente para no poder ver, pero lo bastante para saber que no estaba fuera.

Una sensación placentera recorría mi cuerpo, desde las puntas de mis pies hasta mi cabeza.

Era como ser lamida por todas partes.

Recobré la conciencia poco a poco, mi cuerpo...

Era como si miles de serpientes rosadas y viscosas se deslizaran por todos lados.

—¿Qué pasa? —por alguna razón no me sentía asustada, sólo había placer.

Gemí, un gran orgasmo vino de la nada y el mundo se abrió, las serpientes se fueron y una figura humeante se formó frente a mí.

—¿Lucifer?

—Me preguntaba cuándo comenzarías a reconocerme.

—¿Qué sucede?

—¿Olvidaste nuestro trato?

—¿Cuál trato?

La figura pareció suspirar.

—Ciertamente me sorprendes —luego pareció rodearme, cubrir mi cuerpo con su etérea forma—. Has decidido ser una bruja, has aceptado mi condición, eres una amante de Lucifer ahora.

—¿No ya lo era? —hablar con Lucifer nunca me daba miedo.

—Sólo de nombre, pero incluso ustedes están a prueba hasta graduarse.

—¿Y por qué estoy aquí?

—Tu tarea no ha terminado, descubre qué es ser una bruja, sé tu propia versión de una bruja para cuando termine el año.

—Pero... cada bruja es distinta, ¿cómo sabré si lo hice bien?

—¿Sabes porqué una amante de Lucifer es indiscutiblemente una bruja de renombre?

Negué.

—Porque no se tiene que preguntar eso.

—¿Eh?

Con mi reacción, el sueño terminó, volví a abrir los ojos, la luz entraba por la ventana abierta del balcón, anoche no la cerramos, pero no era eso lo importante.

Abrazadas a mí estaban Mavis y Avelin desnudas, las manchas secas de la sabana eran visibles y sus expresiones eran sonrisas sinceras.

Al recordar lo que sucedió anoche, mi corazón se aceleró y mi rostro se ruborizó por la vergüenza, podía sentirlo caliente a través de mis manos.

¡No puedo creer que pasara!

—¿Erika? —evidentemente las iba a despertar con tanto movimiento.

Avelin me miraba con sus ojos calmados.

—¿Qué sucede, chicas? —Mavis también estaba perezosa.

Verlas mirándome así desde mi pecho era cautivador.

Sonreí, no... no puedo creer que pasara.

—Buenas tardes, supongo.

—Buenas tardes —ellas me besaron y se besaron, luego Mavis bajó a mi vagina y la besó—. Buenas tardes.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora