Estética Equivocada

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Autor.

Y este capítulo es traído a ustedes por MarVal1429, espero lo disfruten y le agradezcan bien a su benefactor, saludos!

—Entonces... ¿por qué dices que regresaste? —la directora me miraba con desconcierto mientras observabamos desde las gradas.

—Porque... soy su aprendiz y... es cierto que tengo que estar a su lado en... algunas circunstancias —me ponía nerviosa por su mirada fija.

El presentador anunciaba la última pelea del día. La directora llevó su mano a mi frente mientras Bedelina entraba al escenario.

—¿Qué hace? —cuestioné confundida.

—No parece que tengas fiebre.

—¿Qué? estoy... estoy hablando en serio, trato de actuar más como su aprendiz.

—Y eso es lo que me preocupa —tomó mi mano y me pinchó el dedo con un alfiler. Traté de apartarme con un quejido, pero embarró un pedazo de papel con mi sangre antes de soltarme—. No parece que hayas tomado nada extraño.

—Hablo... hablo en serio...

—Bueno, no puedes culparme, siempre estás evadiendo.

—Ya lo sé... —ay, ¿no fue algo similar a lo que dijo Val?

—Aunque tu sangre está más dulce de lo habitual —la directora seguía observando el papel.

Un gran estruendo se escuchó, el presentador anunció el fin de la pelea.

—¡Bedelina Chamrosh gana con un sólo ataque!

La mujer se encogió de hombros.

—En ese caso, supongo que puedo llevarte conmigo a la cena.

—¿Eh? ¿cuál cena? —pregunté curiosa.

—La cena de ejecutivos, parte del consejo escolar junto a algunos organizadores del evento y sus ejecutivos estarán allí. No pensaba ir, pero ya que mi aprendiz está conmigo, supongo que ahora es factible —se detuvo a mirarme—. Ya estás vestida para la ocasión, aunque... tal vez deberíamos cambiar el color de tu ropa y arreglarte el cabello.

—¿Qué tiene mi cabello?

—¡Willa! —la directora habló con fuerza y desde atrás, la chica de cuarto año se acercó.

—¿Sí, directora? —increíble, sabía ser respetuosa.

—Ayúdale a Erika con su cabello y maquillaje, irá conmigo a la cena ejecutiva.

Willa suspiró.

—Debí imaginarlo... vamos, niña —me guió hacia una de las salas de espera para competidores y francamente yo estaba aterrada, habría huido de no ser porque Caliope nos escuchó y decidió acompañarnos.

Según ella, Willa era la mejor estilista de las amantes, aunque a ella misma no le agradaba que le dieran ese título.

—Créeme, estás en buenas manos —repetía Cali.

De cualquier forma, Willa no me haría nada raro con la directora esperando, ¿no?

Igual sentía escalofríos con ella hundiendo los dedos en mi cabello y tocándome la cabeza; podía sentir sus uñas largas rosandome el cuero cabelludo.

—No es como que lo haga a menudo —insistía ella—. Sólo me gusta tener aseadas a mis mascotas, aseadas y arregladas como me da la gana.

Eso sería tierno... si no supiera a que se refería con mascotas.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora