Autor.
Ohayo, mina San!
Les traigo este capítulo por cortesía, petición y aportación de maker-00, agradezcan y disfruten, mis brujos y brujas.
Iba camino a buscar a las chicas.
Agotada, cojeando, moreteada en algunos lugares bajo mi ropa y algo desorientada. Incluso estaba sucia y lo peor no era eso, lo peor eran los comentarios de las chicas al verme por los jardines.
—Mira, a la señorita Erika parece gustarle rudo.
—Mira, la amante de primer año se divirtió bastante, y apenas es medio día.
—Ay, quisiera que me hiciera eso en cualquier momento.
¡No!
¡No fui a tener sexo, acabo de recibir una paliza!
Al menos las chicas deberían haber terminado con Dómino, sé que estuvo mal usar el entrenamiento con la directora como excusa para evitar el asunto, pero estoy completamente segura de que ya recibí mi castigo.
Para cuando me empezó a enseñar esgrima nuevamente, yo apenas podía levantar la espada... al menos me enseñó un nuevo hechizo, así que no debo olvidarlo... por mi bien. Esto no era como los hechizos que me enseñaban en clase, si olvidaba algo que la directora se tomó el tiempo en enseñarme, seguro que me mataría, o cuando menos duplicaría la dificultad del entrenamiento.
La imagino diciendo "supongo que no te moviste lo suficiente, intentemos algo más duro".
No, esa mujer no daría explicaciones, sólo me pondría a sufrir hasta que aprendiera.
Por ello me encontraba recitando e imaginando el hechizo en mi mente todo el camino hasta la sala de pociones donde quedé de ver a las chicas. Incluso estaba haciendo dibujos en el aire para no olvidar.
Llegué en el doble de tiempo del que una esperaría y... las chicas no habían terminado, mi sufrimiento no valió de nada.
Dómino se encontraba con ellas, removiendo un caldero de olor picante con Musi detrás de ella.
—Chicas...
—¡Erika! —se sorprendieron al verme y luego al ver mi estado—. ¿Erika?
—¿Qué te pasó, brujita? —cuestionó Dómino sin dejar de remover el caldero, las chicas y Musi se acercaron a ayudarme, ¿tan mal me veía?
Por supuesto que sí, las demás brujas no dejaban de mirarme en el camino.
—Vaya, es verdad eso que dicen de los entrenamientos con la directora —expresó Musi trayendo una silla.
Al menos las chicas me conocían lo suficiente para no malinterpretar las cosas.
—Hay un kit de limpieza y primeros auxilios en el armario —indicó Dómino y mientras Musi me revisaba, Avelin fue por él—. Lo he usado mucho en esta sala.
—¿Por qué? —pregunté.
—Muchas pociones explotan si las haces mal, en una ocasión, una de ellas transformó mis manos en pequeñas serpientes.
—Ah, sí... fue increíble —la sonrisa de Musi no era una sonrisa de diversión, más bien... ugh.
Parecía disfrutar el sólo recordarlo.
—Como sea, pasada una hora, comenzaron a cobrar vida propia, así que no lo recomiendo.
Avelin volvió a nosotras con el botiquín.
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Transferida a una Escuela de Brujas Tomo II
FantasyContinuamos con las desventuras de Erika y sus amigas tras la caída de la secta de Ginebra. Veremos a nuevos personajes, nuevas situaciones tan excéntricas como solo podrían ser al estar involucradas las brujas y aventuras que pondrán a Erika en sit...