Decisiones Equivocadas

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Autor.

¡Viernes de brujas!

¡Banzai!

¡Kamikaze!

¡Toyota, honda, sumo!

Espero que disfruten este capítulo tanto como yo al leer los comentarios que se vienen.

—¡No puedo creer que conozcas al señor Mordred! —el desayuno había terminado hace bastante, estábamos yendo hacia el ligar de la competencia, esperando a que todos se reunieran, pero mi hermana aún seguía emocionada por lo que pasó—. ¿Por qué no me dijiste?

—No pensé que fuera importante —me encogí fe hombros.

—¿No? ya sabes que si conoces un chico guapo, tienes que presentarmelo, es el pacto de hermanas —se quejó.

—Nunca me dijiste nada de eso.

—Bueno, porque nunca creí que fueras a conocer a un chico guapo —Ahora fue ella la que se encogió de hombros—. Pero igual es un pacto implícito.

—Tú nunca me has presentado a nadie.

—Ah, sí, me imagino la escena "Hola chica guapa, te presento a mi sexualmente frustrada hermana"

"Ho... hola... yo...", habrías huido después de tres sílabas —se burló—. Pero Mordred, uy, me encantaría apretar con fuerza ese trasero mientras me presiona con su cuerpo desde arriba, haciéndome...

—¡Hermana! —protesté, demasiada información—. Además, ¿por qué le dirías lo de sexualmente frustrada?

Ya ni siquiera lo estoy —.

Ella sonrió traviesa.

—Así que... ¿tus chicas son buenas lavando platos? —comenzó a cuestionar mientras hacía pequeños movimientos circulares con la mano; con los dedos bastante firmes y siguió cambiando—. ¿Lavando tasas? —ahora hizo como si metiera dos dedos en...

—¡Ya! —le pegué con el codo.

Ella rió.

—Bien, pero la próxima ves que salgas con el señor Mordred, tienes que llevarme... y lo mismo con algún chico guapo, tú no los usarás, pero yo sí.

—No me parece justo.

—¿Quieres que te presente a alguna chica guapa de mi generación? conozco muchas.

—¡Erika! —Avelin llegó a rescatarme, ¿desde cuando usaba vestidos con cuello tan alto?

Es decir, estaba fresco, pero abrigarse así...

—¡Avie! ¿cómo te fue ayer?

—Muy bien —respondió con una sonrisa excesivamente complacida, la acompañaban Lucerna y otra chica que sólo asentía con cortesía al verme—. ¿Cómo estuvo la reunión? ¿viste a mamá?

—Y a tu hermana.

Avie me siguió mirando en busca de más información, entonces recordé que efectivamente, tenía más hermanas.

—Musalin.

—¿Dijeron algo sobre mi?

Negué y ella pareció sentirse mal, así que continué con una excusa.

—Había mucha gente y no podían avanzar ni dos metros sin que alguien estuviera saludando, así que... no pudimos hablar realidad.

—Entiendo —se animó un poco, pero no demasiado.

—De cualquier forma, deberían centrarse más en sus pruebas y no tanto en quién las mire —mi maestra también había llegado.

—Directora, es bueno verla aquí —mi hermana saludó y Avelin trató de acercarse.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora