Transferida a una Escuela de Brujas Tomo II

Combinación Equivocada

Autor.
Viernes de brujas, siiii!

Ya se volvió rutina :v

Espero lo disfruten, no olviden darle a la estrellita y reventar los comentarios.

Besitos, mis brujos y brujas.

Avelin corría, disparaba sus gorriones de fuego contra mí, era para más nítidos que la primera vez.

Dos chocaron contra mi barrera desde el frente y los otros dos me rodearon, me atacaban por la espalda, salté a un lado, las chispas salían de mi cuerpo mientras los gorriones se estrellaban en el suelo donde antes estaba parada.

El báculo de la chica de algodón brilló y recitó su hechizo, el pasto bajo mis pies creció y se tensó, así que salté antes de quedar atrapada.

¿Por qué siempre atacan mis pies?

Levanté mi varita y sin recitar, varias esferas de electricidad volaron hacia ella, que se cubrió con un muro de raíces. Antes lo intentó con fuego, pero terminó electrocutada.

El resplandor tras el muro de llamas me decía que estaba preparando algo, así que tomé distancia y disparé.

—¡Reducto! —mi rayo destruyó su muro y en cuanto cayó, una bola de fuego del tamaño de un auto voló hacia mí. El calor podía sentirse aún desde varios metros de distancia.

Era... algo excesivo.

Levanté un muro enorme y nítido enfrente. La bola de fuego se estrelló y se disipó tras un fuerte temblor, habiendo dejado seco y quemado el pasto tras de sí, pero Avelin ya no se encontraba.

Salté a mi izquierda y corrí, una lanza de fuego me pasó rozando. Siendo sincera, no pensé que sería su plan, pero la directora lo dijo, si pierdo de vista a mi oponente, tengo que moverme.

Giré y arrojé varias esferas de electricidad y escuché un grito.

Avelin terminó en el suelo, con los cabellos de punta y el ceño fruncido.

—Eso dolió —se quejó.

—Buena práctica, chicas —Mavis celebró desde atrás, debió haber terminado su práctica con Osi, así que giré y... choqué con la directora.

No sé movió ni un centímetro, pero yo casi caigo al suelo.

—Di... directora —estaba nerviosa, ¿vio la pelea? ¿lo hice bien?

—Erika, veo que finalmente estás practicando por tu cuenta.

—Bueno —retrocedí inquieta—. Es que después de la pelea con Bedelina, Avelin quería practicar por... Ostara...

—¿Quieres ir a Ostara? —cuestionó la directora a la chica de algodón, que se levantó deprisa y respondió casi como militar.

—¡Sí, señora directora!

Mi maestra frunció el ceño.

—Tienes potencial, pero te falta mucho, te haré una recomendación para que asistas al club de duelo las siguientes semanas, luego decidiremos.

—¡Muchas gracias! —era lindo verla tan nerviosa.

—Veo que tampoco cometes los mismos errores de entonces —luego de un par de semanas sufriendo en sus prácticas y las de mi hermana, era natural. Todos los días estaba adolorida.

—Muchas... gracias.

Me miró en silencio unos segundos, ahora la nerviosa era yo.

—¿Voy tarde a nuestra práctica? planeaba ir después de terminar esta pelea.