Voz Equivocada

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Autor.

¡Viernes de brujas!

¡Banzai!

¡Disfruten mucho, mis brujos y brujas, no olviden dar a la estrellita y reventar la caja de comentarios.

Besitos.

Colin se encontraba en el suelo, Avie y yo apretabamos nuestras varitas por la impresión, incluso Mavis observaba sorprendida.

La hermana de Avelin llegó de algún lado, con un uniforme púrpura opaco, qué consistía en un par de pantalones, una blusa blanca de manga corta, un chaleco y una insignia en su bolsillo izquierdo, el emblema de los Finix.

— ¿Qué les dije sobre invadir la propiedad de la familia? —ella hacía crujir sus nudillos, añadiendo rudeza a sus guantes sin dedos.

—¡¿Cómo te atreves a golpearme?! —algo torpe, Colin se levantó sujetando su ojo—. ¡Le diré a mi papá y vendrá por una compensación!

—Que venga, le golpearé la cara también —¡esa chica no le tenía miedo a nada!—. Aunque si es como mi madre, seguro no tendrá tiempo.

—Es todo, mejor vámonos, Colin —sus amigos lo apoyaron en hombros y retrocedían junto con él.

—No, no la dejaré ir así después de golpear mi rostro —levantó su pluma de fénix, la apuntó a Nuelin y arrojó una bola de fuego qué chocó contra el pecho de la chica, que la recibió sin moverse o inmutarse ni un poco.

Ay, su cuerpo parecía tan fuerte como uno de mis escudos.

—¿Terminaste? —Nuelin comenzó a caminar de frente y los chicos entraron en pánico, retrocediendo con rapidez mientras uno de ellos levantaba barreras de piedra tratando de poner distancia.

Nuelin golpeó el primer muro y este cayó, golpeó el segundo y ocurrió lo mismo, aceleró sus pasos, golpeó el tercero, para el cuarto ya estaba corriendo y lo derribó con una embestida que no la frenó en absoluto, los chicos estaban tras el quinto y volaron en tres direcciones diferentes cuando ella los alcanzó.

La chica se detuvo en seco, tomó la escopeta qué colgaba en su espalda, la preparó sacudiendo su mano.

—Esto es propiedad privada —repitió disparando una bola de fuego al aire, la cual reventó en un gran estruendo.

—¡Esta bruja está loca! —uno de ellos estaba en pánico al levantarse.

—¡Separense! —Colin dio la orden y comenzaron a correr en distintas direcciones.

—Hasta la vista, brujos —Nuelin volvió a disparar y una llamarada se extendió a su alrededor, ignorando las plantas, pero empujando con más fuerza a los tres que huían.

Luchando por no caerse, ellos siguieron corriendo.

La gran hermana guardó de nuevo su escopeta en la funda de su espalda y los observó, no parecía tener interés en seguirlos persiguiendo.

—Que genial es tu hermana, Avelin —reconoció Mavis y yo asentí.

—Nuelin es la jefa de seguridad de la mansión, ella se encarga de repeler invasiones y enfrentar intrusos —explicó la chica de algodón.

La hermana tomó nuevamente su espejo de bolsillo.

—Se dirigen al sur, estaré con ustedes en un minuto —luego nos miró y caminó hacia nosotras, provocando un poco de nervios por el ambiente que generó—. Avelin, no deberías venir al lago sin alguien que te cuide, es propiedad privada, pero en un lugar tan grande, siempre se puede colar alguna rata.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora