« Candice »
- Candy, haz el favor de comer algo. Estás en los huesos.
- Pareces mamá - bufé, rodando los ojos -. No tengo hambre.
- ¡Que comas, o te meteré yo las tortitas en la boca, quieras o no! - chilló mi hermana, frunciendo el ceño.
- Eres muy pesada, Maxinne - me quejé, cortando un poco de las tortitas con sirope que me había servido y dándoles un mordisco -. ¿Contenta?
- Sí - sonrió, satisfecha -. ¿A que están ricas?
- Si no tenemos en cuenta que la mitad están medio quemadas, sí, muy ricas.
- ¡Encima! ¡Te hago el desayuno y te quejas!
- No te he pedido que lo hicieras, Max. No tengo hambre.
- Ay ya, cállate. La comida pone feliz a todo el mundo. ¿Quién no ama comer? Nadie. Así que si comes te olvidarás de ese hijo de puta, cabrón, mamonazo, sarnoso de mierda, asqueroso y serás feliz.
- ¿Hay, en serio, tanta variedad de insultos?
- Oh Candy... - sonrió, poniendo los brazos en jarra, apoyándolos en su cintura - podría decir mil más. Pero ese perro no se merece nuestra atención.
- Lo sé - suspiré, tristemente.
- Hey no, ¡no quiero ver caras largas! Vamos, ve a ducharte, y luego vamos a hacer turismo por Londres.
- ¿Con este frío?
- Candy, si nos quedamos en casa te entrará el bajón, y no quiero.
- Vale, ¿pero esta noche podemos comprar helado, chocolate, y ver pelis?
- Venga... vale - aceptó, con media sonrisilla -. ¡Ve a la ducha que sino saldremos a las tantas!
- Vale, vale... Cálmate. Que tenemos todo el día, pesada.
Ella solo sonrió ampliamente mientras yo me levantaba de la mesa e iba hacia el cuarto de baño. Ahí me di una ducha lo más rápido que pude porque si estaba sola por mucho rato me ponía a pensar en Harry, y eso era lo último que quería. Al salir del baño, me puse unas medias bien gruesas y unos tejanos sobre ellas, ya que fuera hacía mucho frío y quería ir bien abrigada. Luego me puse una camiseta térmica de manga larga y un jersey ancho y largo, en rosa palo. Amaba vestir con aquel tipo de jerseys.
- ¡Vamos a ir a Saint James park! ¡Es mi favorito!
- ¿Qué? No, no, no... - negué con la cabeza - Cerca de ahí vive Harry.
- Oh dios, Londres es gigante y está lleno de gente. ¿Qué te hace pensar que te lo encontrarás? ¡Es casi imposible!
- Porque la suerte nunca está de mi lado, Max - fruncí el ceño -. En serio, no quiero verle.
- ¡Pero es que ese parque me gusta tanto! - se quejó.
- No, Max.
- Pero tanto, tanto... - insistió.
- ¡He dicho que no!
- ¡Pero tanto, tanto...!
- ¡Ay, vale, pesada!
Max aplaudió, emocionada, y cogió su bolso, cogiendo mi muñeca para que nos fuéramos rápido. Yo me apresuré en coger mi bolso también y nos fuimos hacia la calle. Caminamos hasta la parada de bus que había más cerca y ahí esperamos por unos minutos hasta el bus 24, en el cuál subimos, yendo a la planta superior para tomar asiento.
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Portobello Road « London in love 1 »
Fanfiction❝A ella le encantaba pasear por Portobello Road, y a mí me encantaba ella.❞