③⑦

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« Candice »
Niall, al final, se salió con la suya, haciendo que tanto Belle y Harry mantuvieran sus bocas cerradas, sin contar respectivas historias. Entonces todos nos quedamos en silencio, probablemente por lo cansados que estábamos. Solo sonaba la música, y el móvil de Belle, que no dejaba de vibrar, pero éste estaba en el bolsillo de Niall, por lo que la rubia no podía contestar ningún mensaje. 

— Harry... – murmuró Belle, un rato después – Niall se ha dormido – comentó traviesamente. Yo miré a través del espejo retrovisor y vi a Niall apoyado en el pecho de Belle, durmiendo sobre éste. Y probablemente babeándole el vestido.

— ¿En serio? – rió Harry – Bien, te contaré entonces la historia de Pablito... – dijo Harry, usando un tono solemne, por lo que reí levemente, negando con la cabeza, mientras mantenía mi atención en la carretera, pero la oreja en lo que Harry decía. Él bajó el volumen de la radio y se acomodó, para empezar a explicar la historia – Todo empezó cuando teníamos doce o trece....

— ¿Ya erais amigos entonces? – interrumpió Belle.

— A ver, guapa, si vas a interrumpir la historia cada dos por tres, no la cuento, ¿eh? – le advirtió Harry.

— Vale, vale... perdón, sigue...

— Yo fui a casa de Niall, y su madre me dejó entrar. Él no debió oír el timbre, así que estaba en su habitación, por lo que yo fui hacia allá y le pillé... sacándole brillo a la escopeta... 

— ¿Qué? ¿Niall tenía una escopeta? – preguntó Belle extrañada.

— No, uhm... ya sabes... haciendo un solo de flauta – intentó aclarar.

— ¿Para clase de música?

— ¡Belle, por dios! ¡Haciéndose una paja! – exclamó Harry, sorprendido de que la chica no le hubiera captado antes.

— O-oh... – murmuró ella, sonrojándose levemente – ¿Tan niño y ya...?

— ¿Con doce o trece, joven? Es a la edad a la que todos empezamos – rió –. En fin, que estaba viendo porno, y de repente dijo "Venga Pablito, que ya llegamos", hablándole a su pene. Así que, como llamaba así a su pene, le empezamos a llamar así a él.

— ¿En serio? – carcajeó Belle – ¡No puede ser!

— En serio, Niall siempre fue un rarito. Aunque cada vez va a peor.

— ¡Me ahogo! – chilló la rubia, sin dejar de reír – ¿¡Pablito!? ¡Pero qué ridículo!

— Estate quieta... – gruñó Niall, adormilado.

— ¡No quiero, Pablito! – siguió burlándose la chica.

— ¿Eh...? – Niall abrió los ojos y miró la escena algo desorientado – ¿Se lo has contado? – le preguntó a Harry.

— Me has dejado babas en el vestido, Pablito... – se quejó entonces Belle – Eres un cerdo.

— ¿¡Se lo has contado!? – repitió Niall, cada vez más enfadado.

— Puede ser... – rió Harry.

— ¡Es que yo te mato!

Niall se abalanzó sobre Harry, intentando pegarle, pero siendo detenido por el cinturón de seguridad. Belle intentó que Niall regresara a su asiento mientras Niall solo intentaba alcanzar a Harry. Entonces, sin querer, me dio un manotazo, dejando su mano sobre mi cara, haciendo que no pudiera ver la carretera.

— ¡Niall! – chillé – ¡Niall, no veo, nos vamos a matar! – grité más fuerte, sintiendo como iba perdiendo el control del volante.

— ¡Niall, estate quieto de una vez! – le exigió Belle, empujándole hacia el asiento, por lo que yo pude volver a ver y colocar recto el coche – Venga, cariño... no es para tanto, pensaba que sería algo peor... – murmuró la chica, acariciándole la mejilla.

Portobello Road « London in love 1 »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora