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« Harry »
— Hm... a pesar de haber estado metiéndoos mano mientras lo preparabais, ha quedado muy bueno – dijo Pablito, refiriéndose a la salsa de los macarrones.

— Si es que tengo una mano para la cocina... – sonreí orgulloso.

— Eres como una maruja... pero con pene – rió Niall.

— ¡Oye, pero...! ¿Qué he hecho ahora para que me insultes?

— No te he insultado, he dicho la verdad. Sabes cocinar, te rizas el pelo...

— ¡No me rizo el pelo, ya lo tengo rizado!

— Es imposible que esos rizos sean naturales con lo liso que lo tenías de pequeño.

— Ay, déjame... pesado – bufé, poniendo los ojos en blanco –. Lo que pasa es que tienes envidia de mi pelazo.

— Uy sí, ojalá yo también pudiera ser Tarzán – rió Niall, en tono de burla.

— ¡Cállate, teñida! – le chillé, ya enfadado. No me gustaba que se metiera conmigo.

— Eh... espera. ¿Estás teñido? – preguntó Belle, algo sorprendida.

— ¿No se lo habías dicho? – dije, riendo levemente – Vaya por dios.

— ¿No eres rubio natural? – Belle alzó la voz – ¿¡Cómo puedes no contarme algo así, Niall!?

— Tampoco es para tanto... – murmuró Niall, rodando los ojos.

— ¡Sí lo es! – Belle frunció del ceño y le miró enfadada – ¿Qué será lo próximo? ¿Tus ojos son marrones, pero llevas lentillas azules? – arqueó una ceja y cruzó sus brazos.

— Mis ojos sí son azules, ¿pero si no lo fueran, no te gustaría? ¿Tan superficial eres?

— Oh por dios, no hables tú de superficialidad, Niall – bufó, poniéndose de pie.

— Hey, calma... – intervine – Dejaos de peleas, ¿sí? Que no me parece normal que estéis peleando cada dos por tres.

— Seis – contestó Louis con la boca llena.

— ¿Qué? – preguntamos Niall y yo a la vez.

— Dos por tres... seis.

— ¿Por qué nunca me dejáis pegarle? – preguntó Niall, frunciendo la nariz.

— Si ya está tonto de por sí... le pegas y se queda más tonto, ¿no ves que le matas neuronas? 

— ¿Estás idiota, Harry? ¿Cómo voy a matarle neuronas con una colleja?

— ¿Podéis dejar, los tres, de hablar de cosas que no sabéis, por favor? – interrumpió Liam. Entonces me fije en que Belle se había ido, y Candy estaba sin prestarnos atención, centrada en su móvil.

— Candy, ¿por qué no me defiendes? – me quejé.

— Porque estáis diciendo tonterías... no vale la pena ni meterse – contestó secamente, sin ni siquiera alzar su vista hacia nosotros. 

— Pero...

— Tiene razón, Harry – corroboró Liam –. En serio, dejaos todos de peleas, tanto entre vosotros, como tú con Belle – le riñó a Niall –. Hemos venido a pasarlo bien, chicos, no a estar discutiendo. ¿Sí?

— Vale... tienes razón – asentí –. Lo siento Niall, y Louis... Os quiero mucho a los dos.

— Marica – rió Louis.

— Nenaza – añadió Niall.

— Si es que no sé para qué os doy amor si sois unos repelentes. 

Portobello Road « London in love 1 »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora