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« Harry »
Estaba en mi habitación, jugando a la play con Niall para que no pensara en su ruptura con Belle, cuando escuché que el timbre estaba sonando. Sonreí, poniéndome de pie de inmediato, mientras que Niall me miraba extrañado.

- Voy a abrir la puerta.

- ¿Por qué? Que vaya tu madre.

- Es que es Candy.

- ¿Le has dicho a tu novia que venga? - preguntó indignado.

- Necesito verla - hice un puchero -. Será solo un momento, ella está con su hermana. Se irán pronto.

- Más te vale, hoy no estoy con humor para veros siendo unos pastelosos.

- No lo seremos, no te preocupes.

Niall puso los ojos en blanco y yo le sonreí, saliendo de la habitación. Para entonces, mamá ya le había abierto la puerta a Candy, y pude oír como mi chica le presentaba a su hermana. Bajé a la planta inferior y fui hacia la puerta. Candy, al verme, sonrió de manera casi inmediata y vino hacia mí, lanzándose a mis brazos para abrazarme con fuerza. Sonreí yo también, atrayéndola a mi cuerpo, acurrucándola y dando un pequeño beso en su frente.

- Hola muñeca.

- Hola mi amor - susurró, agarrando mis mejillas y dándome un efímero beso sobre los labios -. ¿Cómo estás? Te he echado de menos.

- Pero que bonita eres... - sonreí como un bobo, acariciando su espalda.

Justo cuando iba a darle otro beso, vi como Max se acercaba con cara de pocos amigos, así que me separé de mi chica y sonreí a mi cuñada.

- Hola Max, ¿todo bien?

- No, quiero ir a cenar pero no puedo porque Candy me ha traído aquí.

- ¿Os queréis quedar a cenar? Ya estaba terminando. He hecho un pastel de carne, pero puedo preparar algo más para ti, Candy - sugirió mamá.

- Oh, no no, no quiero ser una molestia Anne - se negó Candy.

- Cállate, muñeca - me quejé -. Sí se quedarán, mamá.

- ¡Harry!

- No es ninguna molestia, Candy, ya lo sabes - me defendió mamá, por lo que sonreí.

- Bueno, está bien - aceptó finalmente -. Gracias.

- No es nada - mamá le sonrió y volvió a la cocina, de donde ya venía un delicioso olor a pastel de carne.

- Vamos a mi habitación, muñeca. Pablito está esperándome.

- ¿Sabes que muñeca es un apodo horrible? - intervino Max, siguiéndonos escaleras arriba.

- Cállate, Max. A mí me gusta - se quejó la pelirroja.

- Si a ella le gusta no veo motivo para cambiarlo - intervine, encogiéndome de hombros -. Al principio de conocerla intentaba llamarla princesa, pero veía que tenía ganas de golpearme cada vez que lo oía.

- Al principio siempre tenía ganas de golpearte - confesó Candy, riendo levemente.

Abrí la puerta de mi habitación y las dos chicas entraron antes que yo. Niall pausó el juego y se giró a mirarnos. Max se detuvo de golpe, mirando a mi amigo mientras su mandíbula dejaba medio abierta su boca.

- Hola pelirroja, hola muñeca - saludó coqueto hacia la hermana de mi chica.

- H-hola - balbuceó la chica de pelo oscuro.

Arqueé las cejas, sin ver las protestas porque Niall usara "un apodo horrible" con ella. Candy también saludó a Niall y luego se sentó sobre mi cama, yo fui a sentarme a su lado, mientras que Max se sentó en la silla que yo había dejado libre antes, junto a Niall.

Portobello Road « London in love 1 »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora