« Candice »
Max estaba guapísima. Había conseguido trenzar su pelo, formando una especie de corona de flores, con pequeñas margaritas blancas y había quedado muy bonito. En cuanto al maquillaje, habíamos decidido que eso lo haría ella, ya que yo era pésima. De hecho, incluso me maquilló a mí también, alejando que no quería que si hermana fuera mal maquillada a su boda. Poco después, fui hacia mi habitación para cambiarme, ya que Max ya estaba arreglada, incluso con su clásico y tradicional vestido blanco. Yo pensé que si me casaba, lo cual dudaba, no querría usar un vestido tan tradicional.— Amor, ¿por qué tanto maquillaje? – pronunció Harry nada más verme cruzar la puerta – No me malinterpretes, estás preciosa. Pero eres tan bonita sin maquillaje que no entiendo para qué lo usas.
— Es una ocasión especial, Harry – reí levemente –. Prácticamente nunca uso maquillaje, ya sabes eso.
— Y eso es lo que te hace tan hermosa – sonrió, abrazando mi cintura.
Reí bajo, evitando a Harry cuando se acercó a besarme, excusándome con que si lo hacía iba a arruinar mi maquillaje. Él frunció la nariz, no contento con lo que oía. Pero le prometí que aquella noche, después de la boda, le daría miles de besos, por lo que sonrió, aceptando el trato. Yo agarré mi vestido y los zapatos que había comprado a conjunto con éste, y me fui hacia el cuarto de baño para cambiarme. Primero me deshice del pijama, y luego me puse el vestido celeste con estampado floral. La verdad era que el vestido era precioso, con aquel estilo vintage que me caracterizaba, pero sin desentonar con la elegancia que mi madre quería que se viera en la boda. Pero al mirarme en el espejo, con los marcados rizos pelirrojos, y aquel vestido, me sentí casi como una muñeca de porcelana, por lo que decidí pasar mi mano por mi cabello, dejándolo más desordenado, como de costumbre, en vez de con perfectos tirabuzones. Luego me puse los zapatos planos del mismo tono celeste del vestido y me volví a mirar al espejo. No solía hacer aquello... mirarme. No solía gustarme hacerlo. Pero desde que estaba con Harry, y oía de sus labios cientos de veces al día lo bonita que era, empezaba a sentirme más a gusto, y no sentirme incómoda al mirarme al espejo.
— Muñequita, necesito ayuda... – dijo Harry, en voz alta, a la vez que picaba a la puerta.
— Ya voy, Harry.
Caminé hacia la puerta y, al abrir, casi me caí de culo al ver a Harry. No podía ni llegar a entender cómo podía Harry ser tan... ni palabras tenía para describir lo perfecto que podía llegar a ser. Llevaba una camisa completamente negra, de una tela algo brillante, abrochada hasta arriba. Los pantalones y la americana iban a conjunto. Entonces me pregunté cómo podía ser que llevara un estampado tan feo, y sin embargo que se viera tan increíblemente guapo. El traje en sí era blanco y tenía un estampado floral que más se correspondería con el tapizado de un sofá de Ikea, que realmente con un traje. Sin embargo, en Harry se veía precioso.
Harry me sonrió y se acercó a mí, abrazando mi cintura con fuerza. Me encantaba cómo abrazaba Harry, porque siempre le sostenía con fuerza, no era un abrazo insulso. Yo también sonreí y acaricié su mejilla, suavemente.
— Eres como una muñequita – rió, contemplándome –. Estás preciosa. No puedo entender cómo soy tan afortunado de tenerte a mi lado.
— Yo sí que tengo suerte de tenerte a ti... – murmuré, apoyando mi cabeza en su torso y manteniéndome muy en silencio para poder escuchar su corazón latiendo, sintiéndome tan enamorada que parecía que hasta nuestros corazones iban al mismo ritmo.
— ¡Candyyyy! – chilló Max, entrando a la habitación, pero callándose al instante. Yo, poco a poco y sin querer realmente hacerlo, me separé de Harry y miré hacia mi hermana – Me cuesta admitirlo porque me gusta molestarte, pero es que hacéis muy buena pareja – dijo Max, frunciendo la nariz. Yo solo reí y me crucé de brazos.
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Portobello Road « London in love 1 »
Fanfiction❝A ella le encantaba pasear por Portobello Road, y a mí me encantaba ella.❞