Capítulo 62.
—Entonces el portero alias dueño del edificio apareció —dice Zack—, pero ahora siendo un escritor.
—Y planean retomar su relación —añade Lindsay, arqueando una ceja.
—De eso hablamos —contesto mientras me maquillo—. Ambos estamos en un mejor lugar que hace año y medio, los sentimientos nunca dejaron de existir y quizá esta sea nuestra oportunidad.
—¿No creen que van muy rápido? —pregunta Zack—. Digo, él acaba de aparecer de la nada y una conversación de horas no cubre año y medio desaparecido.
—No estaba desaparecido, Zack, estaba en rehabilitación. Y alejarnos fue lo mejor para los dos.
—Eso es cierto —apoya Lindsay—. Al principio no lo entendía, luego saber el contexto me hizo comprender que era lo correcto. Él no iba a darle la relación que Lyam se merece, y esperar a su lado a que se recupere, no le iba hacer bien a ella. En cambio como se separaron, él pudo sanar con tranquilidad y ella, además de hacer lo mismo, no estuvo atada a los sentimientos por él; pudo conocer más personas, tuvo citas... No hubiese tenido ese avance si ese chico la hubiera mantenido a su lado.
—Zack, tú lo conociste y sabes que es un buen chico —añado—. Puede que sí sea rápido, pero luego de lo que ambos vivimos, nos queda claro que nunca sabemos cuánto tiempo tenemos y mejor no malgastarlo teniendo rodeos. Quiero esto, quiero ser feliz.
Volteo para verlo, ambos están en mi cama mientras yo termino de arreglarme. Zackaríah me observa serio, antes de proceder a suspirar y asentir.
—Lamento estar un poco a la defensiva, pero no es por ser él en sí; cualquiera que te haya lastimado pagaría lo mismo. Porque lo mencionas y solo puedo recordar las veces que te sostuve mientras maldecías por su carta, cuando tuvimos que hacer maratones de películas porque tenías insomnio por ello o tu expresión cuando ibas a visitar a Rik y veías su edificio con lágrimas en los ojos.
>>Comprendo que era lo mejor, y agradezco que te haya querido tanto para tomar esa decisión, pero ¿una maldita carta? Quise matarlo.
—Todos quisimos matarlo —afirma Lindsay—. ¿La carta fue una buena forma? No. ¿Había mejores formas? Sí. ¿Se le puede culpar? Yo digo que no. Porque él no estaba completamente bien, pero aún así trató de hacer el bien por ella y creo que eso es lo que más cuenta.
—No estoy diciendo que no la voy a apoyar, solo que seguiré indignado en su nombre otro poco más.
—Lo valoro —respondo divertida, volviendo al espejo—. Ahora te toca, dijiste que debías preguntarnos algo.
Desde que Lindsay y yo volvimos a tener contacto, nos hicimos aun más unidas que antes y de alguna manera eso involucró crear este pequeño grupo con Zack. Ambos son mis mejores amigos y serlo los llevó a llevarse bien.
—Bridgit y yo cumpliremos un año en una semana, lo cual es increíblemente importante no solo por ser nuestro primer aniversario, sino porque estoy sorprendido que una chica que no sea Kelyam me haya aguantado más de seis meses. Así que quise hacerle un regalo especial...
—Espérate, yo llevo soportándote como seis años. ¿Dónde está mi regalo?
—Mi amistad es el regalo —replica—. Pero volviendo a lo importante, yo pensaba comprarle un anillo...
—¡¿Le pedirás matrimonio?! —gritamos las dos, haciéndolo sobresaltar.
—¡No, claro que no! —dice él—. Si me le propongo ahora a Brid, me dirá que no y no quiero pasar por esa humillación. No estamos en ese punto.
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El Filo de un Corazón Roto.
RomanceProbablemente todos en el mundo habían sufrido la perdida de un amor, y tenido que ser víctima de los estragos que causa. A Kelyam McGowan le llegó su turno. Para ella era como vivir con una bala perforando su corazón, la anestesia para soportar el...