Capítulo 51.

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Capítulo 51.

Kelyam.


—¿Qué película verán? —les pregunto a Macbride y Jake, que van en el asiento trasero del coche.

—De hecho aun no lo sabemos —responde mi hermano—. Cuando estemos en el cine lo decidiremos.

—¿Y si no se ponen de acuerdo?

—Lo resolveremos jugando piedra, papel o tijera —repone Jake, haciéndonos reír—. Quien gane tres veces, elige la película.

—Me parece una buena idea —comenta Alannah, estacionando el coche de paso—. Querré saber quién ganó, así que pasaré por ustedes dentro de tres horas.

—Diviértanse, chicos.

—¡Gracias! —dicen ambos antes de bajarse.

Los observamos ir hacia la entrada del centro comercial mientras ríen y se codean, hasta no perderlos de vista Alannah no arranca, luego continua el camino hacia uno de los restaurantes.

—Entonces, ¿qué querías decirme? —le pregunto, dado que mencionó que teníamos que hablar antes de salir de casa.

—A eso iba —indica, mirándome de reojo—. Tu hermano me va a volver loca.

—¿Por qué?

—Ha empezado a sospechar sobre ti y el portero —Me confiesa haciendo que mi pulso se acelere—. Me preguntó si sabía algo, por supuesto me negué; pero ya le ha preguntado a las gemelas, a Darik y ayer a Adara. Solo falta que ponga a Macbride como su detective personal.

—Oh Dios, ¿por qué lo sospecha?

—Es Declan, tu hermano te conoce mejor que nadie, Kelyam —responde alzando los hombros—. Estos días... como que tienes un brillo diferente al que normalmente tienes por tu progreso personal. Y la mayor parte de la semana, estás con él.

Siento que me sonrojo, así que giro mi cabeza hacia la ventana. Que las personas importantes para mí se estén dando cuenta me pone nerviosa, porque aunque ya es lo suficientemente real en lo personal, siento que tendrá un mayor peso si ellos se enteran. Necesito estar lista para soltarlo ante mi mundo.

—¿Qué te pone tan nerviosa? —pregunta Alannah, conociéndome también—. Yo sé una parte.

—Porque necesitaba compartirlo con alguien —respondo—. Y me pone nerviosa, porque aún es nuevo y delicado.

—Está bien, comprendo eso; tampoco estás obligada a contárselo a todos si todavía no estás lista. Lo que yo te sugeriría, es que al menos confíes en Declan; sabemos que sus celos de hermano sobreprotector se activarán, pero él nunca te juzgaría, Kelyam.

—Lo sé, Anne, en realidad lo que me pone nerviosa es que entre él y yo vamos lento, estamos procesándolo a nuestro ritmo —Intento explicarme—. La cena que tuvimos hace días fue de algún modo nuestra celebración de 14 de febrero, porque incluso haber salido ese día en la manera en que nos vemos ahora, se hubiese sentido demasiado transparente y serio como darle un título. Estamos progresando, pero todavía no sé cómo explicarle eso a Declan.

—Tampoco es que debas contarle exactamente todo, ¿sabes? Creo que él se quedará más tranquilo con saber al menos la parte inicial, es decir, que se ven como más que amigos y están sobrellevándolo a su modo.

—Sí, tal vez tengas razón —murmuro dejando la cabeza en el vidrio de la ventana—. Encontraré el momento para decírselo, aunque primero me gustaría hablarlo con Finn porque Declan es...

El Filo de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora