Extra 2.
Finnegan.
Salgo del ascensor y camino hacia el cuarto de cámaras donde me esperan Fionlagh y Carson. Me dejo caer en el sofá, quedando acostado y con las piernas colgando desde el brazo del mueble.
—Joder, cuánto me saca de quicio —suelto.
—¿Qué o quién? —pregunta mi hermano.
—Genio.
—Oh, ¿ya se acabó la luna de miel?
—Ja, se acabó hace rato —comenta Carson—. Y adivina a quién le toca escuchar sus quejas...
Sonrío divertido. Cada que discuto con Kelyam y me encuentro en casa, bajo al vestíbulo para contarle a él. Incluso si vengo de afuera, me detengo a charlar con Carson sin que me importe que me mande a la mierda; al final siempre me escucha y aconseja.
—¿Lo convertiste en tu terapeuta amoroso? —se burla Fionlagh.
—Y ni siquiera me paga.
—Oye, mi amistad es el pago —replico haciéndolo bufar—. Yo te oiría si me contaras tus problemas con Sonia.
—Pero más por el chisme, que porque te importe —contesta con otro bufido—. Te perdono porque entiendo que eres un poco imbécil, así que mejor cuéntanos, ¿qué pasó ahora?
—Está estresada por la semana de exámenes, así que pensé en hacer algo bonito, la invité a salir y fue muy odiosa al responderme que no tiene tiempo para nada.
—Hemos descubierto que Kelyam tiene un carácter más fuerte de lo que pensábamos —comenta Carson, como poniendo a Fionlagh al día.
—Es una mini Darth Vader —añado, fingiendo un estremecimiento.
—Aw, o sea que encontraste a tu alma gemela —responde Fionlagh, haciendo que Carson carcajee—. Son tal para cual. También tienes un carácter de mierda.
—Sí, pero estamos quejándonos del carácter de mierda de ella, no del mío.
—De acuerdo, ¿entonces qué harás?
—Nada —contesto, acomodando mis brazos detrás de mi cabeza—. Esperaré a que calme su demonio interior y que aparezca con su respectiva disculpa.
—Siempre lo hace —agrega Carson, informando de todo a mi hermano.
—En ese caso, creo que deberíamos ir empezando por lo que nos reunimos.
Me incorporo para sentarme, secundando sus palabras. Nos reunimos por trabajo, estoy haciéndome cargo de mi edificio como corresponde y sé lo básico de la administración, pero Fionlagh siempre está asesorándome para tener completo dominio. Carson está presente porque decidí convertirlo en mi socio, dado que estoy en la etapa más productiva de mi vida.
No solo estoy en el negocio de la inmobiliaria, ahora soy socio de las boutiques de mi madre, y aparte está mi trabajo personal de escritor; me he pasado este año haciéndole publicidad a mi libro y sacando viejas historias que creé durante la universidad, puliéndolas para luego elegir cuál será mi siguiente libro publicado. Así que mi bandeja está llena y creí necesitar a alguien que me ayudara con ese 40% cuando yo no pudiese encargarme, y no hay nadie más adecuado que Carson. Sigue siendo portero, pero ahora también es mi mano derecha.
Una hora después hemos dejado el tema importante y ahora solo pasamos el rato conversando, aprovechando el poco tiempo libre que tenemos. En ello mi celular suena con un mensaje, rápidamente lo reviso.
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El Filo de un Corazón Roto.
RomansaProbablemente todos en el mundo habían sufrido la perdida de un amor, y tenido que ser víctima de los estragos que causa. A Kelyam McGowan le llegó su turno. Para ella era como vivir con una bala perforando su corazón, la anestesia para soportar el...