Capítulo 36.

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Capítulo 36.

Kelyam.


Ninguna relación es tan complicada como la que tienes contigo mismo. No puedes alejarte de tu propia vida. Tienes que perdonar cada error, debes lidiar con cada defecto, y encontrar la manera de amarte incluso estando enojada o disgustada contigo. No es romántico, no es fácil, es una jodida mierda un par de veces, pero es en lo que me he enfocado últimamente.

Estoy en primer lugar.

No he terminado y tampoco voy a mitad del camino siquiera, pero no estoy en el inicio y desde entonces he dado de pequeños a grandes pasos. He tomado mucha fuerza, al espejo ya no le temo tanto y soy capaz de parar mi mente cuando me ataca.

Estoy esforzándome, de verdad, y me arriesgué a hacer algo por mí misma al venir a la estética de Adara por un tratamiento, aprovechando que Alannah traería a Macbride por su usual corte de cabello.

Él está siendo atendido por el barbero, Alannah se deja hacer las uñas por Adara y yo tengo a una estilista, Millie, preparando una hidratación profunda para mi cabello con aminoácidos.

—¿Te gusta el cabello largo, eh? —me está preguntando ella.

—Sí, nunca lo tuve demasiado corto —contesto—. ¿Algo así como a la altura de los hombros? Jamás.

—¿No te atreverías a un corte así? —inquiere Adara, está al lado de nosotras.

—No lo creo, mi límite es por debajo de los senos. Como lo tiene Anne.

—Cuando eres madre, desenredar tu cabello está en prioridades secundarias —comenta ella—. Por eso lo mantengo de un largo mediano, me encanta y me facilita las cosas al arreglarme.

—Tomaré notas —dice Ada.

—A todas estas —retoma Millie—, lo comento porque creo que necesitas un corte. Tus puntas están maltratadas y el más efectivo tratamiento es cortarlas.

—¿Qué tanto sería?

—Vale... te los dejaría por debajo de la mitad de la espalda y haría un corte en v para que se siga viendo largo.

Toma decisiones sobre ti misma, pienso sopesando cuál idea me gusta más. No quiero un cambio tan marcado, me asusta todavía.

—Prefiero el corte recto —contesto—. Me gusta así.

—¿Por debajo de la mitad de la espalda?

—La mitad de la espalda es el límite —asiento.

—¡Perfecto, querida! Entonces manos a la obra —dice, moviéndose para tomar los utensilios—. ¿Sabes qué te ayudaría a crecer el cabello rápido, si eso quieres? El embrión de pato.

Lo dice y siento inmediatamente que Alannah voltea a vernos con intensidad.

—Hay varios productos con tal ingrediente que te serviría. Le he sugerido a Adara usarlos y venderlos, pero no aceptó.

—Porque Alannah me asesinaría si me atrevo —responde ella—. ¿No sabes que su mascota es un pato?

—Luleb es parte de la familia —argumenta mi cuñada.

—O sea, ¿Jamás probaste el pato como comida?

—Joder, no, ni antes y mucho menos después de conseguir a mi Luleb —le contesta a Millie—. Una vez sugirieron añadir pato al menú de los restaurantes.

—¿Qué dijiste?

—Le dije a mi esposo que si aceptaba a eso, le pediría el divorcio.

—Oh, ya lo recuerdo —me río—. Le hiciste prometer a Dex que jamás permitiría algo así.

El Filo de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora