Capítulo 24.
Finnegan.
Mis ojos siguen cada movimiento que Fionlagh y Nelda hacen mientras retoman los preparativos para su boda. Hay unas carpetas regadas en la isla, ellos están lado a lado revisando y comprobando cosas. Yo solo los observo, recordando cuando se comprometieron y le conté a Cathleen.
—¡Se comprometieron! —exclamo verdaderamente alegre—. ¡Fion se le propuso a Nel!
—¡Oh Dios! —chilla ella ampliando los ojos, luego está riendo emocionada—. ¡Amor, eso es increíble! No puedo creerlo.
—Lo sé, ese idiota sentará cabeza legalmente.
—¿Te lo contó desde antes?
—Por supuesto —respondo obvio—. Fui con él a comprar el anillo.
Ella ladea la cabeza y me observa con ternura, soltando un 'aw'. Ruedo los ojos por el tono dulce, a veces ella destila dulzura por los poros y a veces yo también, pero solo con ella.
La rodeo con mi brazo, pegándola a mi costado mientras parlotea.
—Debo empezar a buscar mi vestido desde ya... aunque primero debo saber en qué ambiente será para elegir el correcto. Me gustaría ir en pantalón si es formal y elegante —habla rápido, emocionada—. ¡Dios! No soy la novia y estoy tan emocionada y nerviosa.
—Tan solo imagínalo cuando lo seas —sonrío.
Eso corta su palabrería, me observa con la boca abierta y parpadeando. Puede que me esté sonrojando, puede, pero no me retractaré de lo dicho. Estoy enamorado, la amo, es el amor de mi vida y quiero pasar mi existencia a su lado.
Y sé que ella también lo quiere, porque se sonroja, sus ojos brillan tanto como su sonrisa en este momento.
—Será increíble —susurra—. Y probablemente también lleve pantalón ese día.
—Tu madre y la mía pondrán el grito al cielo —me río, ella prefiere siempre pantalones antes de falda—. Pero un enterizo blanco, de encaje y con pedrería te quedará más que perfecto.
—Sí, sería completamente perfecto —afirma, y se inclina para besarme.
Aprieto los ojos con fuerza, aguantando las lágrimas que siempre esperan detrás. Parpadeo y luego me enfoco en Fion y Nel conversando delante de mí.
—¿Saben en qué he pensado? —habla ella—. En la cena en el apartamento de Adara y Darik.
—¿Por qué? —pregunta mi hermano.
—Me pareció interesante lo que ella dijo, que no estaban casados porque no creían que era la mayor expresión de amor —comenta—. Es lindo, de verdad, porque siento que no tienen expectativas altas o más bien estereotipadas del amor. Se aman, son felices juntos, planean una vida unida, y sin necesidad de seguir lo que se conoce como "correcto".
—¿Así inicias para decir que seguirás su ejemplo? —inquiero arqueando las cejas—. Ufs, lo siento por ti, Fion.
—Cállate, no dice eso —replica, hace una pausa y la mira entrecerrando los ojos—. ¿Verdad?
—Tengo mis propias metas e ideas del amor —Estira la mano hacia la de mi hermano—. Yo quiero casarme contigo, amor.
—Qué maldito suertudo soy —sonríe mirándola a los ojos.
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El Filo de un Corazón Roto.
RomansaProbablemente todos en el mundo habían sufrido la perdida de un amor, y tenido que ser víctima de los estragos que causa. A Kelyam McGowan le llegó su turno. Para ella era como vivir con una bala perforando su corazón, la anestesia para soportar el...