Be Mine, Dear [Omegaverse]

Capítulo 1

¡¡Hola!! Vuelvo después de un tiempo con algo ligero y dulce, he estado practicando hacer capítulos más cortos. Espero que les guste :3 

Disfrútenlo, por favor.

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El salón era increíblemente blanco, tanto que Tsukishima apenas fue capaz mirar correctamente sin sentir que sus pobres ojos se llenaban de lágrimas frente a la luz que rebotaba y se reflejaba como un increíble mar resplandeciente y molesto. Había muchas flores también, blancas ¡Que sorpresa! tonos pastel tan suaves y delicados como un sueño, sobre las mesas y al rededor, en jarrones adornados de oro y plata, entre sus manos y la música, acordes elegantes, se esparcían como una suave llovizna, armonizando entre murmullos y pequeñas risas que no lograban sobrepasar la belleza del ambiente. Tan bonito.

Tsukishima suspiró, le molestaba que fuera tan bonito ¿Cuánto dinero habían tirado para hacer todo esto? ¿Tenían tanto?

— Debes estar muy emocionado — se sobresaltó y sus ojos se movieron mecánicamente al rostro lleno de emociones melancólicas del alto hombre rubio que se acercó por detrás, sin prestar atención a la mano que le acarició con cuidado los bordes de los ojos — Sé que has estado esperando por esto mucho tiempo, pero ten cuidado ¿Si? No quieres tener los ojos inflamados en día más importante de tu vida ¿Verdad?

— Ah, uhm...— los labios que estaban cubiertos de una delicada capa de brillo cereza se apretaron y torcieron. No sabía si era el mejor momento para decirlo, tenía que procesarlo un poco más porque no parecía muy real — ¿Es...real, esto...?

El alto hombre rubio a su lado, su hermano, Akiteru, se rió y sonrió tiernamente — Bebé ¿Todavía piensas que es un sueño? Debes pensar que es demasiado bueno para ser verdad ¿No? Escuché que le sucede a la mayoría de las novias.

Le besó la frente y Kei experimentó en su pecho una terrible sensación de crisis. No se trataba de eso, por todos los dioses, por el infierno o lo que fuera, juraba que no era eso. No, de verdad. Era solo que habían llegado hasta aquí, era cierto que lo había pensado un poco cuando estaban haciendo los arreglos a su traje o cuando fueron por la joyería con su madre, pero, en realidad, tampoco lo pensó mucho porque parecía muy irreal y loco, y pensó que estaba teniendo un sueño o algo así.

Quiso reírse, sus labios incluso se agitaron. Era muy extraño ¿Se podía ir ya a casa? Le dolía un poco el estómago ¿Qué tal si estaba enfermo? Ayer se comió un bote completo de alitas picantes, con todo el condimento que venía con ellas. Debió haberlo enfermado ¡Lo sabía! Había estado sintiéndose raro desde la mañana, ni siquiera pudo desayunar bien porque estaba algo así como congestionado, también se sentía más ansioso de lo normal. Podría estar experimentando alguna clase de enfermedad psicológica ¿No? Así que lo más sensato que podía hacer era ser honesto al respecto y buscar ayuda.

No era un pretexto, era importante, la salud mental era muy importante, por esa razón dar marcha atrás y...

— Hey, hay algo...

— Vamos a salir de una vez ¿De acuerdo? Creo que ya lo hicimos esperar suficiente — no, negó, sus labios se apretaron y el gentil rostro de su hermano se vio ligeramente distorsionado tras el delicado velo que este mismo dejó caer con sumo cuidado sobre su rostro — Te ves precioso — le tomó la mano y besó el dorso cubierto con guantes blancos — No habría querido entregarte jamás a nadie.

— Entonces no lo hagas, no tienes...— le apretó la mano. La puerta trasera, los asistentes estaban todos en la cocina, así que...

— No, no quiero privarte de tu felicidad...no voy a ser esa persona para ti, no es justo.