Be Mine, Dear [Omegaverse]

Capítulo 12

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Tsukishima apretó los labios y los agitó suavemente a medida que sus dedos se movían sobre una pieza y bonita. La estructura parecía muy sólida y resistente, no parecía que las pequeñas piedras preciosas que había fijado antes fueran a caerse, su solidez estaba comprobada, estaba satisfecho también con las dimensiones, su separación, la combinación de colores suaves que no destacaban ni pasaban desaparecidos, pero el acabado era menos brillante de lo que pensaba ¿Tal vez necesitaba pulirlo un poco más? Le daba la impresión de que era más simples de lo que había dibujado antes, aunque no se veía mal por supuesto.

La idea principal era que contribuyeran a la belleza de un atuendo, no que este le robara el protagonismo, pero también sería malo si su trabajo fuera demasiado pobre en comparación. Si pudiera cambiar el material del cinturón al que esta pieza estaba destinado o el color de este, en realidad también podría usarlo como un broche o como un conjunto de...

— Esa es una obra muy delicada, se ve muy hermosa.

— ¿Ah?

La espalda de Tsukishima se tensó bruscamente, como un golpe y las manos que sostenían con delicadeza esa bonita pieza temblaron. Se agitaron sus hombros, ese pequeño objeto se deslizó como arena fina y cayó sobre la mano que se interpuso en su camino a un impacto contra el escritorio.

— Wow, lo lamento, no quería asustarte.

Tsukishima, que tenía el aliento contenido y sintió como si su corazón se hubiera detenido, jadeó — No, yo...eh...

— Estábamos hablando hace un momento, así que pensé...— el chico a su lado devolvió la pieza a sus manos con una mirada llena de culpa — Lo lamento.

— No, no...creo que fui muy grosero, lo lamento — apretó la pieza entre sus manos y la colocó con cuidado sobre un soporte pequeño y suave dónde otras piezas yacían también — Quería comprobar que no hubiera errores y...tal vez...lo lamento, no quería ignorarte.

— No, hablé y me acerqué sin pensar demasiado, fue un poco imprudente de mi parte.

Tsukishima negó, no Akaashi no había hecho nada malo, pero parecía ser una persona demasiado considerada y cortés, así que probablemente nunca terminarían si los dos seguían insistiendo en tomar la culpa por este pequeño incidente. Se masajeó sus cansados ojos, le dolían los hombros y tal vez también la espalda y el cuello, sin embargo estaba muy contento hoy; había hecho muchas piezas y, aunque estaban lejos de ser perfectas y necesitaba más materiales y equipo, estaba muy satisfecho.

— Debería ser hora de un descanso ¿Te gustaría tener algo dulce para comer? Tenemos jugo y bocadillos, los servimos de vez en cuando a las personas que vienen a hacer pedidos especiales.

— Ah, sí...me gustaría — Akaashi asintió e inmediatamente fue al otro lado de la habitación, dónde tomó y sirvió con cuidado en una bandeja.

El rubio miró alrededor mientras tanto, ese chico no estaba por aquí está vez. Bokuto ¿Verdad? Ese niño que una vez trató de darle nueces en la guardería, el niño que corría por ahí con un sombrero amarillo de patito y que también tenía un patito al que adoraba mucho por cierto. Obviamente había crecido, pero la forma en la que era tan ruidoso y en la que revoloteaba al rededor era muy familiar. Seguía detrás de Akaashi como si fuera una mariposa, trataba de ayudar, sin embargo era más propenso a entorpecer sus pasos, un poco.