Capítulo 38

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>3< Actualización >3<

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Estaba lloviendo afuera, el primer aguacero de otoño. A través de la venta, nubes oscuras se arremolinaban con furia privando de luz a toda la ciudad a pesar de que ni siquiera era medio día. Los árboles se agitaban, el aire rugía y arrastraba hojas verdes y amarillentas en medio de grandes ráfagas que golpeaban sin cesar. Intensamente, era un poco aterrador, parecía tan frío y crudo, sin embargo no fue menos hermoso o interesante para Tsukishima. A veces incluso le daba la impresión de que el tiempo se ralentizaba en algún punto, que se movía en cámara lenta, en una armonía que se le antojaba pacífica y agradable.

— Fue bueno que te quedaras en casa, afuera es muy peligroso hoy.

Una taza de chocolate fragante fue colocada sobre la mesita junto a él y su madre buscó un espacio pequeño en el sofá donde el rubio se encontraba cómodamente sentado con las piernas extendidas. Le acomodó la manta con cuidado.

— Es solo un poco de lluvia, mi padre y mi hermano salieron temprano en la mañana también ¿No?

— Tú no deberías salir en días de tormenta ¿No te da miedo?

¿Si le daba miedo? El rubio, que jugaba con la taza entre sus manos ladeó la cabeza ¿Por qué? No sé trataba de un tifón o un huracán ni nada así de grave, además estaba en la comodidad de su casa. Honestamente no lo entendía, pero su madre siempre estaba preocupada por que estuviera incómodo en días de tormenta, aunque claramente era ella la que estaba incómoda y extraña.

— No, solo estaba pensando en algunas cosas, mañana...— apretó la taza entre sus manos y se avergonzó. Kuroo y su familia — Van a venir a vernos mañana.

Se decidieron por una fecha después de que las familias de ambos resistieron todo lo que pudieron hasta que finalmente decidieron celebrarlo en la residencia de la familia del rubio. Su madre estaba muy satisfecha con ese resultado ya que consideraba que era lo más apropiado para la familia que quería tomar a su pequeño hijo. Incluso el mismo Tsukishima también creía que era apropiado ya que era parte del cortejo de un Alfa, sin embargo estaba un poco inquieto.

— Debería ser un buen día mañana, es solo una tormenta pasajera, pero...— suspiró — Está retrasando un poco nuestros planes.

— Tal vez podríamos retrasarlo un poco...por un par de días o...

— ¿Quieres retrasarlo? Podría ser...— ella se inclinó un poco en su dirección — ¿Estás teniendo dudas o quizá...?

— No, no es...no se trata de eso, no es lo que trataba de decir, solo...— contrajo los labios.

No había tenido tiempo de hablar al respecto con Kuroo. Los dos estaban ocupados, el moreno especialmente estaba luchando contra el tiempo para terminar con la ropa que le fue encomendada para la filmación por lo que iba y venía constantemente. Tsukishima también necesitaba ocuparse de sus asuntos, tenía algunos encargos que terminar tanto para la película como para la persona con la que se contactó durante su viaje así que pasó la mayor parte del tiempo dentro de su zona de trabajo.

Parecía que había hablado más con Akaashi que con Kuroo en todo este tiempo, sin embargo eso no impidió que cenaran juntos o que este lo buscara solo para mirarlo al menos por un momento antes de salir o encerrarse a trabajar igual que él. Tuvieron días muy frenéticos y, aunque su relación era la misma de siempre y todo estaba bien entre ellos, aun así había una maraña en su estómago.

Be Mine, Dear  [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora