Capítulo 11

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>3< Actualización >3<

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Tsukishima se miró al espejo del tocador y agitó algunos de los mechones que le caían sobre la frente. Algo incómodo e indeciso sobre si debería o no peinarlos de una manera diferente. Se veía bien ¿No? Su tez, que brillaba en contraste con los tonos negros y rojos de la ropa de hoy, el color de sus labios, las pestañas brillantes que le adornaban los ojos. Se veía bastante bien, como todos los días, sin embargo esta tarde no estaba seguro. Se sentía un poco incómodo con respecto a la persona que lo miraba a través del espejo ¿Demasiado casual? ¿Demasiado simple? ¿Sus anteojos eran demasiado feos? A veces se lo decían, que era raro que los usara. Tal vez podía cambiar el dije que colgaba de su gargantilla por uno de un color o forma diferente.

Lo tocó ¿Rojo? ¿Rubí? O tal vez ¿Dorado? O ¿Podría ser que este estuviera bien? Podría simplemente tratar de peinarse de otra manera, un poco más hacía un lado o...

— Hoy es más encantador de lo normal.

— ¿Qué? ¿Si? — sus ojos se encontraron con los amables de una linda mujer mayor parada detrás de él, era el ama de llaves que había conocido desde que era un niño pequeño, mirándolo con la misma ternura de una abuela gentil. Lo avergonzó — Bueno, no me estaba preocupando por eso, solo...solo pensaba y...

— Está bien si está nervioso, no van a reunirse en un lugar público esta vez y...un ambiente más íntimo puede llegar a ser abrumador para una pareja joven y llena de energía.

¿Joven y llena de energía? ¿Pareja? ¿Una pareja? ¿Ellos? ¿Con Kuroo?

— No — se levantó, el dorso de su mano sobre su mejilla. Eso no era de lo que esto se trataba, era un malentendido, lo que ese tipo pudiera pensar de él no le preocupaba, no le importaba o le interesaba, no estaba nervioso y no le importaba. Era solo que hoy tuvo ganas de organizarse mejor porque no salía a menudo, pero no sabía mucho al respecto ya que normalmente no era muy adepto a salir a la calle. Él también tenía un poco de ego, así que no quería hacer el ridículo, que locura, que malentendido tan tonto — Bajemos de una vez.

— Se enamorará otra vez cuando te vea.

Contuvo el aliento y abrió la puerta, permitió que la mujer saliera primero y caminara a su lado. Suspiró ¿Su madre le había pedido que le hiciera todos esos cumplidos? Sabía que algo como esto sucedería cuando dijera que había acordado reunirse con Kuroo este día, que habría un escándalo y que lo malinterpretarían, pero tampoco podía decirles que se trataba de trabajo. No sabía si lo entenderían o si permitirían que lo hiciera por su cuenta en lugar de organizarlo todo arbitrariamente para su comodidad.

Porque ya sabía que eso les gustaba mucho y también sabía que lo que querían para él era solo un marido.

— ¿Seguro que lo estaba siguiendo? Por lo que escuché, solo estaba al rededor y...

¿Siguiendo? Tsukishima bajó por las escaleras y asomó la cabeza a la sala de estar, su padre y su hermano estaban hablando sobre un rincón de esta, las cortinas de la ventana que daba al jardín hondeaban, sin embargo la expresión de sus rostros, lo que pudo ver antes de que notaran su presencia y le sonrieran cálidamente, se le antojó algo sería y grave.

— ¿Ya estás listo para irte? — Akiteru fue el primero de los dos en hablar y avanzar un paso en su dirección. Le sonreía gentilmente, no perdió el tiempo para acariciarle la mejilla — Nuestro padre va a acompañarte esta vez.

Be Mine, Dear  [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora