Capítulo 30

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Akiteru no estaba al rededor, la habitación estaba en silencio, la luz del dormitorio de al lado estaba apagada y no se había dado cuenta de lo grande que era todo este espacio. Se sentía raro, madre y padre siempre estaban, su hermano también, para venir a despertarlo, para pedirle que se uniera a ellos en la mesa, para hablar con él, para mimarlo y cuidarlo, para subirle el desayuno porque le iba a dar flojera bajar si hacía frío o para simplemente sonreírle y decirle que bajara al jardín a tomar algunos dulces.

Ellos nunca permitirían que se muriera de hambre o que se perdiera de la luz del sol de la mañana, lo instaban a respirar aire fresco y siempre le estaban prestando atención, lo cuidaban mucho, demasiado y siempre era abrumador, sin embargo no sabía qué hacer con esta sensación de libertad que era más similar a la ausencia y la añoranza.

Nunca estuvo tan solo antes, nunca así y la mente que debería estar llena de planes estuvo un poco en blanco hasta que se dio cuenta de que tenía cosas que hacer.

— Trabajo, trabajo...

Tenía que salir temprano ¿No? Aunque ya no era tan temprano.

Saltó de la cama y se alisó la ropa que no estaba arrugada en absoluto, su hermano ya le había mandado un mensaje de texto para pedirle que no olvidara bajar a desayunar, su madre llamó porque tenía miedo de que se sintiera solo y su padre, que también lo había contactado apresuradamente le pidió que se mantuviera cerca de su tío ya que, además de enviarlo apresuradamente de vuelta, también le había encomendado su seguridad.

Todos estaban haciendo un alboroto, sin embargo no estaban aquí y la verdad era que Tsukishima no sabía cómo sentirse al respecto porque obviamente no estaba aliviado y resultó más y más inquietante a medida que lo seguía pensando.

— Buenos días, tengo una pregunta — Kuroo lo saludó con una sonrisa inesperada fuera del elevador y prácticamente lo atacó con una pregunta inesperada antes de que pudiera devolver el saludo — ¿Hay una contraseña especial para llegar al piso donde te estás quedando?

— ¿Qué? Ah, ah, si ¿Estabas tratando de subir?

— Tu hermano me dijo que debía asegurarme de que tuvieras un buen desayuno antes de salir — le mostró la palma de la mano, Tsukishima le entregó la suya y el moreno entrelazó sus dedos con una sonrisa — Iba a subir a despertarte, pero el elevador me negó el acceso a tu piso porque no tenía la contraseña, tu hermano debió haberse olvidado de dármela.

¿Iba a darle una cosa tan importante a un Alfa? ¿Para que subiera a su habitación a voluntad? Kuroo no pensaba que también le entregaría la llave de su gargantilla si lo pedía ¿Verdad? Porque Tsukishima ni siquiera la tenía.

— Los tres pisos más altos están reservados para la familia y personas con estatus delicado si es necesario, mi tío siempre ha puesto especial atención a la seguridad.

— Este es un hotel muy costoso después de todo — murmuró él moreno. La pequeña posibilidad de ver a una belleza como Tsukishima caminando al rededor ya valía el precio...aunque fuera tan alto y doloroso — Entonces ¿Cundo la voy a tener?

— ¿Cuándo...? — el rubio se detuvo ¿Le estaba insinuando algo? ¿Quería saber cuándo se casarían? Solo la familia podía tener la contraseña, así que esto debía tener una razón, una insinuación de lo que este chico quería.

Be Mine, Dear  [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora