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—¿Lo estoy haciendo bien, Aniki?
—Si tu objetivo es caer de cabeza, sí —sonreí viéndola moverse de forma frenética en el aire procurando mantener el equilibrio.
—Intenta relajarte —sugerí.
—Relajarme... ¡De acuer...! —antes de que pudiera terminar su oración ya estaba cayendo de espaldas hasta golpearse en la cabeza por segunda vez.
—Es demasiado torpe —murmuró sentado a mi lado.
—Aprenderá pronto, no tenemos ninguna prisa.
—Te lo tomas muy a la ligera —me observó con un pequeño gesto de reproche.
—Solo digo la verdad, es mejor así. El tiempo pasa muy rápido, debemos disfrutarlo y no apresurarlo —le mostré una pequeña sonrisa viendo como su rostro se relaja eliminando cualquier expresión, aunque aún intentaba hacerse el rudo.
—Cómo digas —solté un suspiro recostándome y apoyando mi cabeza sobre una de sus piernas para mirar el cielo azul a través de ese agujero en el techo del lugar.
Di un rápido vistazo hacia Isabel, quién es ayudada por Furlan a levantarse del suelo. Regresé hacía Levi encontrando su mirada atenta sobre mi.
—¿Qué? —pregunté curiosa por saber en lo que piensa.
Un ligero y muy poco visible sonrojo apareció en sus mejillas antes de apartar su mirada.
—Fue suficiente por hoy, ¿No lo crees? Estoy cansado de ver su fracaso.
Reí por su forma tan torpe de evadirme.
—Sí, creo que deben tomar un descanso.
—Es todo por hoy —los llamó en voz alta—. Continuaremos mañana.
—Pero aún no lo logro —dijo Isabel en forma de berrinche—. Aneki —me miró esperando mi apoyo.
A pesar de mi rechazo hacia esa palabra, ella parecía no importarle y seguía llamándome de esa manera desde el día después de conocerla, hace unas dos semanas. No me gusta que me llame así, aunque de alguna manera estoy comenzando a verla como una verdadera hermana.
—Levi tiene razón, vayamos a dejar eso y a descansar, llevamos horas aquí.
—Bien —se rindió volviendo a golpearse en el suelo.
