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Cubrí mis ojos descansando un poco mi vista, quería dejar esto e irme a dormir a mi habitación en la superficie y en el cuartel. No tengo ningún problema con quedarme aquí y dormir en la cama de Jerry, después de todo, sigue siendo mi casa.
— No descanses —regañó Levi.
Quite las manos de mi rostro para mirarlo.
— No me mires así —sonrió poniendo su atención en mi y dejando su lectura—. Te falta solo esa.
— Ya sé, es que estoy cansada —él se acercó regresando las hojas a la cama y tomando un poco más.
— Termina rápido y podremos irnos pronto a dormir.
— Bien.
Saqué la única carta que queda, pesa más que las demás y el sobre es muy amplio, supe que se tratan de más de tres hojas. Al abrir el sobre lo afirmé.
"Querida Grace.
La última vez que te escribí solo hablé y me desahogué sobre lo que siento al no recibir respuesta tuya, pero lo entiendo. No puedo exigirte que contestes a mis cartas.
He desaprovechado mucho tiempo. Debí de decirte la verdad desde la primera carta que escribí para ti, debí de ir a buscarte personalmente para hablar, pero me acobardé. Sé que ahora tienes una amiga que parece admirarte demasiado, también sé que ayudas a los niños huérfanos de la ciudad con trabajos que lleva a cabo tu novio.
Hace unos días bajé a la ciudad y pude verte de cerca. Luces hermosa. Te vi en aquella taberna que tanto visitas, estabas con Levi. Sí, conozco su nombre. Estuve en una mesa muy cercana a la suya. Con tal cercanía aprecié más de cerca tus rasgos y me di cuenta de las cosas que heredaste de mi, como el color de tus ojos. Me alegra saber que los rasgos que tienes son parecidos a los míos o los de mis padres. Te diré que tienes gran parecido a mi madre, el cabello ondulado con algunos mechones rizados, el color pálido de su piel, su sonrisa y la forma en la que miras cuando estás feliz. Sé que al menos una vez debiste preguntarte que tenías en común con tus verdaderos padres o tu verdadera familia, ahora lo sabes.
Te he estado escribiendo cartas llenas de tonterías, estuve evitando mucho tiempo en decirte toda la verdad, pero ya no tengo tiempo y creo que es momento de contarte todo y dejar los sermones de lado, debo de darte las respuestas que necesitas.
