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Terminé de ordenar mi uniforme concluyendo con el último botón de mi chaqueta. Desde que desperté no había dejado de mirar el lado de la cama que le pertenece a Grace, había despertado con la esperanza de encontrarla dormida ahí, aún molesta, pero aquí, tuve la de esperanza de que fuera así a pesar de nuestra pelea de anoche, su lugar estaba tal y como lo había dejado hace algunas horas atrás. Si no hubiéramos discutimos seguramente seguiría dormida, cubriéndose con las cobijas hasta la cabeza como suele hacerlo para evitar que la luz que entra por la ventana la despierte.
Ordené la cama tomándome solo un par de minutos en eso, después salí en busca de Hange, estaba seguro de que Grace ha pasado la noche con ella en su habitación.
—Hola, enano —saludó con una sonrisa al encontrarla en medio del pasillo hacia su cuarto.
—¿Dónde está Grace? —en cuánto lo pregunté su expresión mostró un gesto confuso.
—¿Huh? ¿Grace? No lo sé, ¿Por qué me lo preguntas a mi? —fruncí el ceño ante su respuesta.
—¿No durmió en tu habitación?
—Claro que no, ¿A caso la hiciste molestar? —preguntó más con un tono burlón.
—Algo así —contesté en voz baja continuando con mi camino sin despedirme.
Fui al comedor dónde la mayoría estaban reunidos, no había ningún rostro de ella por ahí. El último lugar en el que decidí buscar era su zona de trabajo. Llegué a la oficina de Erwin golpeando un par de veces la puerta pidiendo el permiso de entrar, la respuesta nunca llegó así que abrí la puerta.
Erwin no estaba en su oficina, había un par de papeles sobre su escritorio, pero no estaba él. Estuve a punto de irme hasta que vi a alguien en el sofá de la habitación, un sofá del mismo color y tamaño que el que tengo en mi oficina y que la mayor parte del tiempo es usado para dejar papeleo que atender ahí. Me acerqué hacia esa dirección procurando hacer el menor ruido posible. Cuando estuve lo suficientemente cerca me di cuenta que se trataba de Grace, quién es cubierta por una manta
—Durmió aquí —giré un poco hacía la persona que ha hablado.
Erwin estaba en la puerta con una taza en su mano y listo para comenzar con todo lo que nos espera este día de juicio.
