Capítulo 44

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En el interior del Calabozo, entre las sombras de uno de los Pisos Superiores, una figura, cubierta por una larga capa negra con capucha, avanzaba por el lugar. En sus manos, llevaba una espada cubierta de sangre, de los monstruos que había derrotado mientras recorría aquel piso. Por suerte, en el exterior era de noche, y a esta hora ningún aventurero solía recorrer la zona, por lo que no tuvo que preocuparse por ser visto por ninguno de ellos. Aún así, avanzo con cuidado y discreción

Poco después, llegó a una pequeña sala excavada en la roca, un lugar estrecho que no obstante estaba libre de monstruos, el lugar que le había sido indicado para su reunión

Estuvo esperando un par de horas hasta que, finalmente, oyó pasos acercarse. Sin saber bien quién se trataba, empuñó su espada, lista para usarla contra un enemigo de ser necesario, pero toda intención de aquello desapareció cuando frente a él surgió una figura igualmente encapuchada, aunque ligeramente encorvada, y con andar torpe

-Ya era hora de que aparecieras, Adon- Dijo el primer encapuchado con tono molesto -Me has tenido esperando un largo rato, bastardo-

-He hecho lo que he podido, salí ya hace dos días; sabes bien lo duro que es venir aquí desde mi escondite en el Gran Árbol Laberinto sorteando todos esos monstruos, si no fuera por el hechizo de ocultamiento que Olivas-sama me dio no...-

-No me cuentes tu vida, capullo, no he venido aquí a oír tus penas- Interrumpió el encapuchado de forma brusca, para indignación de Adon, que no obstante permaneció callado. Con el estado en que estaba su cuerpo, poco podía hacer contra él -¿Has hecho lo que se te pidió, al fin lo tienes?-

-Si, aquí está- Adon llevó una huesuda mano al interior de su capa, de dónde sacó un fragmento de cristal de color oscuro con extraños símbolos arcanos grabados en él -El hechizo de invocación está ya preparado, solo debes recitarlo con el ritual que expliqué y el monstruo al que pertenecía será invocado en el lugar-

-¿Y el contrahechizo de ocultamiento, también está preparado?-

-Asi es, tan solo pronúncialo antes de efectuar la invocación y el pulso arcano producto de la invocación será contenido, impidiendo que cualquiera pueda notarlo y saber la presencia del monstruo hasta que sea demasiado tarde-

El encapuchado cogió el cristal, echándole un vistazo antes de guardarlo entre sus propias ropas -Mas te vale que funciones, no sabes cuántos hombres perdimos allí abajo para lograr matarlo-

-Te aseguro que funcionará, puedes darlo por hecho- Afirmó Adon -Tan solo pronuncia bien el cántico de invocación y la criatura hará el resto-

-Tch, teniendo esto en nuestras manos, no se para que desperdiciarlo invocando a esta criatura en este lugar con tan solo unos estúpidos debiluchos de bajo nivel- Replicó el encapuchado -Lograríamos hacer más daño y causar más caos si lo invocáramos en medio de la ciudad-

-En esta ocasión un solo una prueba de su efectividad, Thanatos-sama y Enyo-sama quieren comprobar su uso antes de poner en marcha el plan final- Explicó Adon -Además, si lo invocamos en la ciudad, los aventureros de élite de las Familias Guardianas no tardarían en aparecer y acabar con él antes de causar demasiados daños; aquí, es posible que nos liberemos de muchos aventureros antes de que los de la élite se dignen a aparecer- Terminó Adon con una cruel y macabra sonrisa bajo su capucha

-Bien, entonces procederemos como se indicó: Esperaremos en el piso 12 a que los aventureros lleguen, y cuando haya varios en el lugar, incovaremos al Akantor- Adin asintió, y acto seguido ambos encapuchados dejaron el lugar, ocultando su presencia entre las sombras del Calabozo

La Leyenda del PretorianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora