Canción ideal: ʟᴏᴠᴇ - ʟᴀɴᴀ ᴅᴇʟ ʀᴇʏ
Desde que empezó el trabajo, no podía salir entre semana, solo en ciertos fines de semana. Era extraño, pero no cuestionaba nada. Además, le gustaba quedarse en su habitación para descansar. Su cama era muy cómoda, incluso más que la que tenía anteriormente.
Entonces, seguía acostada mientras esa locura corría por su mente. Sacudió la cabeza con negación; era arriesgado. Podría perder su empleo.
Volteó la cabeza para mirar el reloj que marcaba las dos de la madrugada. Mordió el interior de su mejilla; pensó que era posible que nadie estuviese despierto. La casa la llamaba a que fuera.
Se levantó de la cama; llevaba puesto un camisón. Así que, por el frío, tomó un poncho de su armario y se lo puso. Salió de la habitación para dirigirse a la mansión. La casa estaba en completa oscuridad, lo que significaba que estaba desocupada. O eso pensó.
Entró por la puerta de servicio y trató de hacer el menor ruido posible. De un cajón, sacó una vela y le prendió fuego. Subió las escaleras con cuidado; el piso estaba hecho de manera y chillaba por cualquier paso en falso, hasta que llegó al pasillo principal. Era muy largo, pero lo sabía de memoria; fue fácil para Liliana llegar a la biblioteca.
Al entrar, ubicó el libro causante de su atrevimiento. Las manos le temblaban por los nervios de ser descubierta. Agarró el libro y tomó asiento en el borde del segundo escalón que llevaba al segundo piso de la biblioteca.
Con la ayuda de la vela pudo leer tres capítulos más; los ojos le cansaban por el esfuerzo y la falta de luz. Quedó congelada sobre el escalón cuando escuchó pasos y el sonido aumentaba conforme se acercaba.
El pánico recorrió su cuerpo y se levantó con prisa. Dejó el libro en su lugar, pero no alcanzó a meterlo por completo. Cuando estaba por salir de allí, se detuvo al ver la espalda de un hombre alto, que fácilmente le sacaba una cabeza de ventaja; moreno y su cabello lleno de rulos se arremolinaba hacia arriba, una característica llamativa.
Era su jefe.
Pisó un tablón flojo, lo que provocó que la madera emitiera un chillido. El hombre se giró rápidamente para localizar la fuente del sonido. Liliana se pegó a la pared, tapándose la boca para evitar hacer algún ruido que pudiera delatarla. Su respiración era un desastre, al igual que su corazón; estaba segura de que sus acciones solo le acarrearían consecuencias.
Él regresaba de un día agitado, cansado y con el único deseo de descansar en su cama. Sin embargo, no pudo pasar por alto el ruido; debía asegurarse de que no había intrusos en la casa, a pesar de que cada rincón estaba custodiado por sus hombres.
Se acercó a la biblioteca y Liliana no tuvo otra opción más que aparentar normalidad. Él se detuvo bajo el marco de la puerta y frunció el ceño al ver a la joven frente a él, sin reconocerla de ninguna parte. Liliana mantenía la mirada baja, aunque lograba mirarlo un poco a pesar de la escasa luz. Notó que sus ojos brillaban y sus rasgos faciales eran tan únicos. Su rostro era una mezcla de suavidad y dureza, sus ojos la escudriñaban de arriba a abajo.
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𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]
RomanceLiliana Luna Cadenas escapa de la hostilidad de su pueblo natal. Crece sola, tras la pérdida de su familia. Hasta que una oferta de trabajo, llega a revolucionar su mundo. Él pone su vida de cabeza. Esta historia se ambienta a mediados de los 80, M...