Canción ideal: ʟᴜꜱᴛ ꜰᴏʀ ʟɪꜰᴇ - LANA DEL REY
Cada habitación dentro de la mansión era enorme, especialmente la biblioteca. Además de libros de política, varios libros de botánica ocupaban los estantes. Rafael disfrutaba de leer para ampliar su conocimiento sobre el tema. Los campos no eran su única ocupación; de vez en cuando, cultivaba otro tipo de plantas. Cerró el libro y sonrió al escuchar el sonido bajo de su voz. Ya era capaz de reconocer la voz de Liliana.
—Buenas noches —murmuró y se encogió en su lugar.
Ella no lo había notado antes, pero dentro de la biblioteca se sentía una gran soledad y silencio, añadiendo el hecho de que la poca iluminación no ayudaba. Los focos irradiaban una potente luz amarilla para no lastimar la vista, pero no era lo suficiente fuerte para iluminar el cuarto.
Rafael dejó el libro sobre la mesa frente a él y se volteó hacia ella.
—¿Decidiste aceptar? —Movió la mano para indicar que se acercara.
Liliana se acercó un poco a él, pero mantuvo su distancia. No quería que sus acciones se prestaran a malinterpretaciones, mucho menos estando en un cuarto solitario con su jefe.
—Sí —susurró—. Mi papá tenía un dicho sobre que aprendiera siempre. Si usted quiere enseñarme, no me opondré.
Él se sorprendió por su respuesta, aunque no mostró expresión alguna. Había dicho que le parecía buena e inteligente para ganarse su confianza, pero no esperaba que lo fuera.
—Tu papá tenía mucha razón.
—La tenía —murmuró, mirando al vacío por unos segundos.
—Ven, siéntate. —Palmeó la silla a un lado suyo.
La observó acercarse con algo de timidez y sentarse donde le indicó. Al tenerla más cerca, pudo admirar su rostro con mayor facilidad. Su belleza le parecía particular, una que no podía describir y, simplemente, etérea. Se ganó su interés al no ser capaz de apartar sus ojos de ella. Estos examinaron cada rincón de su rostro y cuerpo. Notó su cabello húmedo y la manera lisa en la que caía como cascada sobre su espalda y parte del hombro derecho. Sus ojos continuaron por su camino hasta ver el camisón que traía puesto. Sonrió de manera inconsciente, ya que le recordaba a uno de los cuadros que colgaba en su sala. Escapó de una pintura de Jesús Helguera.
Liliana levantó la mirada para ver en su dirección, y cuando sus ojos se encontraron, no pudo evitar sonrojarse, lo que le pareció adorable a Rafael.
Estaban sumidos en un silencio absoluto, en el que no se escuchaba nada más que el viento chocar con las ventanas y los grillos. Ninguno decía nada. Solo se miraban, hasta que ella apartó la suya y miró el libro sobre su regazo.
—¿En qué parte te quedaste?
—En el capítulo tres —tartamudeó. Se dio un golpe mental al estar tan nerviosa, que hasta quería morderse las uñas, pero evitó eso a toda costa. Respiró con fuerza y se relajó sobre el sillón.
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𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]
RomanceLiliana Luna Cadenas escapa de la hostilidad de su pueblo natal. Crece sola, tras la pérdida de su familia. Hasta que una oferta de trabajo, llega a revolucionar su mundo. Él pone su vida de cabeza. Esta historia se ambienta a mediados de los 80, M...