𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟽

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Canción ideal: ᴀᴅᴏʀᴏ - ᴄʜᴀᴠᴇʟᴀ ᴠᴀʀɢᴀꜱ

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Canción ideal: ᴀᴅᴏʀᴏ - ᴄʜᴀᴠᴇʟᴀ ᴠᴀʀɢᴀꜱ

Las manos y pies le temblaban de los nervios y desconocía la razón. No era la primera vez que harían eso, ni siquiera sería la última, pero no podía controlarse al tenerlo frente a ella. Rafael caminó hacia Liliana, mientras seguía fumando el cigarro que tenía entre los dedos.

No le tenía miedo. Había visto una cara diferente a la que presentaba usualmente, pero esa imagen. Verlo tan imponente y serio, casi perturbado por una razón que ignoraba, podía causar escalofríos en cualquier persona. Rafael aventó el cigarro y lo pisó para apagarlo.

Él sonrió y cerró momentáneamente los ojos al pasar a su lado. Aspiró su aroma floral. Se sentó en el sofá a un lado del balcón. Palmeó a su lado y su sonrisa aumentó cuando ella se acercó para sentarse a su lado.

Su alegría disminuyó un poco al ver la expresión taciturna de Liliana. Frunció un poco el ceño.

—¿Está todo bien?

—¿Ah? —Pestañeó varias veces para volver a la realidad. Lo miró y su rostro se enrojeció—. Yo... Sí, sí. Está todo bien.

Rafael rio y la atrajo hacia él con una facilidad aterradora.

—¿Quieres intentar algo nuevo? —Ahí estaba ese tono de voz. Seductor, tentador, el cual invitaba a cometer los mejores pecados. Él acarició su cabello y besó su frente con una ternura falsa. En ese momento, Liliana le evocaba todo, menos ternura.

Sin embargo, esos sentimientos se debilitaron un poco cuando ella comenzó a mirar a los lados de la habitación con el propósito de evitar su mirada.

—Es que... —Aclaró su garganta y se separó un poco de él, aunque su brazo le impedía huir, y tampoco quería hacerlo—. Si quisiera, pero...

—Pero ¿qué? —preguntó con calma.

—Creo que ya hemos hecho todo... —Su voz fue disminuyendo cuando él alzó una ceja con marcada ironía.

—¿En serio piensas eso? Eso no ha sido nada, Lili. —Una de sus manos fue a parar en su rostro y acarició su mejilla—. Hay tantas cosas que te faltan por sentir.

De su aliento podía oler el tabaco y alcohol mezclados. Una combinación que pensó sería repugnante, pero de su boca, era hechizante.

—No lo voy a hacer tan bien —susurró—. A ti te han hecho... cosas... y yo no sé de eso.

—¿Eso es lo que te preocupa? ¿Que no me guste? —Él sonrió de lado—. Nunca lo podremos saber si no lo intentas.

Ella asintió en resignación y por unos segundos bajó la mirada. Rafael tomó su barbilla y la obligó a retomar el contacto visual.

—Nunca me bajes la mirada, Liliana. A nadie —dijo, serio, y después suspiró—. Todo lo que hagas me va a gustar, pero no quiero que te sientas obligada a hacer algo que no quieres.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora