𝔓𝔢𝔯𝔡𝔢𝔡𝔬𝔯

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                                              ᴅᴇᴅɪᴄᴀᴅᴏ ᴀ: Vivianita6660

Canción ideal: the winner takes it all - abba

Liliana recogió su cabello en un chongo y se puso sus chanclas, para luego cubrir su cuerpo con una bata. Arrastraba los pies debido a que se levantó muy temprano, no pudo dormir en toda la noche y las ojeras lo demostraban. Verificó que Iris siguiera dormida en su cuna y sonrió satisfecha al ver que así era.

Fue a la cocina donde se preparó una taza de café negro, sin nada de leche, necesitaba que algo la despertara porque tendría un largo día. Dejó la taza en la mesa, tras que escuchó algunos toques en su puerta, sabía quién era la persona detrás.

—Buenos días, miss —dijo de manera alegre, Julio, el niño que repartía cada mañana cartas o el periódico de la semana—. Tenga.

Tomó el sobre y el periódico, el primero tapaba la foto y titular de la noticia estelar de esa semana. Su atención fue atrapada al ver que la carta era de Martina, cosa que le pareció extraña porque acostumbraban a llamarse cada que podían.

—Gracias, Julio. Te veo en unas horas —sonrió y se despidió de su alumno.

Puso el periódico en la mesa sin prestarle atención y tomó asiento en una de las sillas para poder abrir con entusiasmo la carta. Era solo una hoja que redactaba los avances que hizo Martina en ese mes, ya había logrado adaptarse a Culiacán y vivía en una casa pequeña a unas cuadras de la de su hermano.

Luego, el relato siguió con sus niños, los cuales se sentían más felices al cambiar de aire, aunque al principio no les agradaba demasiado la idea. Una gran sonrisa se expandió en el rostro de Liliana en el momento que leyó el último párrafo. Martina conoció a alguien.

Contó la primera cita que tuvieron y no reveló nada del hombre más que su edad y cómo se conocieron. Ni siquiera su nombre. Martina tenía miedo de ilusionarse y que esa relación no llegara a nada. Sin embargo, podía afirmar que esa persona la traía como una adolescente enamorada.

Cuando finalizó de leer la carta, agarró su libreta donde anotaba todos los pendientes del día y anotó que debía responderle a Martina. Antes de agarrar el periódico que contenía esa noticia, se levantó para atender al llamado de Iris.

La bebé se despertó por un ruido de la calle —poco habitual para el pueblo— y Liliana la calmó hasta que se volvió a dormir. Le sorprendía como el tiempo pasaba tan rápido, de que tan solo seis meses atrás, tuvo el placer de conocerla. Y de algo que se dio cuenta era que Iris disfrutaba de la música, entonces procuraba prender la radio todo el tiempo.

Las tardes se les iban escuchando una gran variedad de géneros y artistas. Hasta el momento, le brindaba más paz la música de Juan Gabriel.

Mismas canciones que se reproducían en la radio de Rafael en Costa Rica. Había perdido la cuenta del tiempo que llevaban ahí, pero al llegar al país se dedicó a derrochar el dinero como si fueran simples frijoles.

Se compró una gran quinta y miles de cosas innecesarias como joyas, aparatos electrónicos y carros. Al principio todo fue divertido junto con Sofía, pero dos semanas después se sentía como un bucle interminable. Cada día empezaba y terminaba de la misma manera.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora