𝕽𝖊𝖌𝖗𝖊𝖘𝖆

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Canción ideal: baby come back - player 

Rafael cargaba la mochila rosa de su hermana Coco, mientras agarraba su mano como lo solía hacer cuando estaba en el pueblo y la dejaba en el preescolar.

—Rafa —murmuró—, ¿me puedes soltar? —estaban frente a la entrada de la preparatoria y le resultaba incómodo que los demás la miraran por ir de la mano con un hombre, sobre todo, porque se podía prestar a malentendidos.

—Perdón —dijo nervioso y la dejó—. Ten tu mochila —se la entregó—. Nos vemos después para comer, me acompañarán a la estación de autobuses.

—Te veo más tarde —sonrió y jaló ambas solapas de la mochila.

Él vio como su hermana pequeña entró a la escuela después de que una maestra saliera a regañarla por estar atrasada a la hora de entrada. La maestra estaba por hacer lo mismo con él, pero se detuvo al verlo y le llamó la atención en un ámbito no escolar.

—¿Usted es...? —preguntó en un tono de voz suave, casi seductor.

—El hermano de Coco, mucho gusto —se acercó para estrechar la mano de la maestra, sin ser consciente del deseo que los ojos de ella expresaban.

—De la señorita Payán —sonrió y bajó la mirada—. Tiene bonitas manos.

Se removió incómodo y quitó su mano de la suya cuando comenzó a acariciarla con su dedo.

—Bueno, me alegra haberla conocido, pero si me disculpa me debo de marchar —hizo el afán de irse, pero ella lo detuvo.

—Le puedo dejar mi número si quiere.

—No, estoy comprometido —mostró su anillo familiar y esto la hizo retroceder—. Disculpa si le di a entender lo contrario, pero a mi prometida no le va a gustar mucho —tragó saliva y esperaba no delatarse por la gran mentira. La realidad era que la chica no le llamaba la atención.

—Qué pena —susurró con el rostro rojo de la vergüenza—. ¿Puedo preguntar cómo se llama? —dijo sin controlar su lengua, ya que su sentido del chisme era más grande. Además, su ego le gritaba que tal vez estaba mintiendo y que no era posible que la rechazara, porque no se consideraba fea.

—Liliana —sonrió.

—Es un bonito nombre.

—Lo es —aseguró—, si me disculpas me tengo que ir, se me hace tarde.

Esa ocasión sí se marchó y no dio cabida a que le siguiera platicando. Tenía una gran sonrisa durante el camino de regreso a su casa, pero fue borrándose poco a poco cuando se dio cuenta de que, si no fuera por su ambición y codicia, para ese momento ellos ya estarían casados.

Incluso celebrando su aniversario de bodas, ya que junio estaba a la vuelta de la esquina. Una imperiosa necesidad de arreglar las cosas hizo que preparara su mochila con prisa para emprender su camino a Culiacán lo más pronto posible. Aunque tendría que esperar hasta que todas regresaran de sus actividades para que se despidieran de él en la estación.

Doña Hermelinda y Luz trabajaban las mañanas en el mercado. Emiliano y Coco estaban en sus respectivas escuelas. Mientras que Linda asistía a un colegio especializado en diseño de moda. A diferencia de sus hermanas y hermanos, ella tuvo el privilegio de poder escoger su sueño.

El resto de la mañana Rafael se dedicó a limpiar la casa y a preparar la comida. Además de arreglar asuntos de contabilidad que debían cuadrarse para evitar futuros problemas. El tiempo en la prisión lo hizo humilde, porque antes estaba demasiado acostumbrado a que otras personas lo atendieran. Ahora tenía que aprender a dar para poder recibir otra vez.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora