𝕬𝖒𝖔𝖗

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Canción ideal: Bound to you - Christina Aguilera 

La licuadora trituraba con fuerza los chiles, cebolla, ajo y especias, junto con el agua. La mezcla se movía de un lado para el otro hasta formar una consistencia líquida, eran pequeños los pedazos de comida que quedaban dentro de esta. Tras apagar la máquina, una de las muchachas coló la salsa y el producto lo puso en un gran tazón. Para luego seguir con su tarea y hacer más salsa para qué alcanzará a todos los tamales que planeaban hacer.

En un tazón limpio, se batió la manteca de cerdo fresca hasta acremar y poco a poco se fue añadiendo la harina, la leche, agua, pimienta y consomé de pollo hasta formar la masa, sin ser demasiado espesa ni tan líquida. Con sus manos fue aplastando para liberar cualquier burbuja que quedará atrapada en la masa. 

Prendieron la radio para cocinar felices, se dice que los sentimientos se ven reflejados en la comida y no querían que las personas comenzarán a llorar en un día como el de Nochebuena. La voz de Juan Gabriel llenaba la cocina, en voz baja entonaban el Noa-Noa, mientras que, con una mano y una hoja de plátano, se untaba un poco de la masa, se agregaba salsa y pollo. Dobló con cuidado, evitando que saliera relleno por la presión y así terminó de hacer el primer tamal de muchos otros que seguían.

Dentro de una olla de presión y con un baño María, se fueron colando el resto de los tamales, que hacían una gran montaña en una de las barras de la cocina. Los brazos ya les dolían, era cansado estar presionando y doblando cada uno de ellos. Un mechón de su cabello le estorbaba la vista y con el antebrazo trató de quitárselo, pero era difícil. Sopló varias veces hasta que el mechón quedó atrás de su cabeza.

—Los niños preguntan dónde está, señorita —dijo una de las chicas que estaba limpiando la sala.

—Ya vengo —limpio sus manos en su delantal—. Sigan, no tardo.

Era más del mediodía y preparar toda la comida les iba a llevar más tiempo del que tenían pensado, no podía pedirles a todas que cocinaran con ella. Algunas debían de limpiar toda la casa y preparar las habitaciones para los invitados que estaban por llegar al día siguiente. Las muchachas tenían miedo de las hermanas del patrón, que con el tiempo se ganaron la mala fama de problemáticas y quisquillosas. La realidad era que solo eran unas niñas que experimentaban un ambiente diferente al de su casa y su hermano las consentía demasiado.

Los niños estaban sentados en los sillones y veían una de las películas de Rafael, que si era adecuada para niños. La mayor parte de su colección de películas trataba de la mafia italiana, misterio o ciencia ficción. Pero las únicas que ellos, si podían ver, eran de las que tenía para su hermana Coco. En la televisión se podía observar en el viejo VHS, la historia de dos perritos que se enamoraban, mostrando una de las escenas románticas más icónicas de nuestra actualidad.

—Lili —gritó emocionada Valentina cuando la vio frente a ellos, la niña corrió para abrazarla.

Ya se había acostumbrado a estar siempre a su lado, que convivir con puros niños ya no le gustaba. Liliana aceptó su abrazo con gusto, pero sin apretarla demasiado para no mancharla con su delantal sucio.

—¿Cómo va la película?

—Está un poco aburrida —dijo Carlos y bostezó, le parecía cursi la manera en los personajes actuaban y al ser la primera vez que veía a animales actuar como humanos le resultaba incómodo.

—¿Por qué no vienes a jugar con nosotros? —se quejó Gonzalo.

—Ayer les dije que iba a estar algo ocupada —acarició la mejilla regordeta del antes mencionado—, pero me puedo quedar aquí un ratito. ¿Qué dicen?

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora