𝔔𝔲𝔢𝔯𝔦𝔡𝔞

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Canción ideal: On the nature of daylight - Max Richter 

Después de que se casaran, las cosas comenzaron a ir cuesta arriba. Pronto se encontraron esperando a su segundo hijo, luego al tercero y finalmente, al cuarto. Fue con el último en el que Rafael recibió la amenaza de no tener más. Ya eran una familia bastante numerosa.

Tal y como alguna vez Liliana pidió.

La pequeña casa ya no era suficiente para solo los tres, entonces, hicieron expansiones en la planta baja y añadieron una planta más para el resto de las habitaciones.

Lograron compensar un poco el tiempo perdido, haciendo de cada día uno tranquilo, pero lleno de amor y agradecimiento por el presente. Perdonaron el pasado y esperaban con expectativa el futuro. Tenían las mentes colmadas de paz.

Aunque con pequeños aturdimientos.

—¿Ya se durmieron? —Se sentó en la orilla de la cama. Tomó los bordes de su camisa de tirantes, y como lo hacía desde joven, la quitó sobre su cabeza.

—Los niños ya. Iris está nerviosa por mañana. Lo más seguro es que no pueda pegar el ojo en toda la noche.

Rafael volteó y miró a su hermosa esposa parada en el marco de la puerta que dirigía al baño. Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver las dos trenzas que formaba ágilmente.

Después de abotonar hasta el último botón de su camisón, Liliana fue a acostarse en el lado que le correspondía. Y como cada noche posó su cabeza sobre él y lo abrazó.

—¿Por qué está nerviosa? —Frunció el ceño—. ¿Por la decisión?

—Tiene miedo a equivocarse.

Rafael negó con la cabeza.

—No tiene nada de qué preocuparse. Ha escogido una buena. Sociales. Tiene materias generales. Además, eso no importa tanto.

Ella lo miró y sonrió con algo de ternura.

—Pero sabes que la niña no piensa así. No sabemos si es importante o no, ni tú ni yo, fuimos a la universidad.

—Tiene tiempo para pensar en eso. —Agitó la mano para quitarle importancia al tema. Cuando era uno que le aterraba. Los años no pasaron en vano. Su niña... dejó de serlo—. No tiene nada de malo si no quiere estudiar y quedarse aquí...

Él se rio con más fuerza, sin ser escandaloso, cuando Liliana lo miró de mala manera.

—Es broma. —Besó su cabeza para tranquilizarla—. Ya sé que lo quiere es extender sus alas y volar tan lejos como pueda de este pueblo. Y romper el corazón de su pobre padre en el camino... —dramatizó.

—Que ellos crezcan es algo que no podemos evitar. Créeme, quisiera tener una máquina para detener el tiempo y dejarlos así, chiquitos para siempre...

—Pero no se puede —completó.

—No, no se puede. —Alzó la cabeza y miró la cuna que tenían en una esquina cercana a la cama.

Rafael suspiró. Ese año conllevaba que ellos se hicieran a la imagen de que uno de sus bebés se iría.

—Tiene tiempo. Creo que ninguno de los dos le ha puesto esa presión encima. En mi caso, no soy quién para exigirle.

—Ni yo, Rafa —protestó—. El punto es que ellos sean felices. Ahora, solo podemos acompañarla en el camino. Ya no es una niña.

Liliana se despegó poco a poco de él y se enderezó sobre la cama. Tenían una plática pendiente entre los dos. Y ese momento parecía ser el ideal para hablarlo de una vez por todas.

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora