𝕮𝖗𝖊𝖈𝖊𝖗

474 62 111
                                    

Canción ideal: Luna – Zoé

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó y tragó saliva—. Me dejaste en ridículo en frente de toda mi familia, Liliana.

—Realmente lo siento, John —trató de acercarse a él, pero este retrocedió—. No era mi intención avergonzarte, pero no podía hacerlo. No podía.

—¡¿Por qué?!

—Por Iris, tú sabes que no te ha aceptado del todo.

—No pongas a Iris como excusa, además tú has sido la que no quiere que yo participe en su vida. Siempre que traté de entrar, me sacabas y me hiciste de lado. Yo puedo ser una figura paterna para ella.

—Pero es que tú no eres su papá y ella lo sabe, sigue siendo una niña.

—Es porque la consientes demasiado, y yo jamás me he metido en ninguna decisión que tomas respecto a ella. No me importó que estuviera cargando tu puto anillo de compromiso de arriba para abajo.

—Yo decido qué hacer con mi hija y ella tiene todo el derecho de usar ese collar como quiera.

—Está bien —alzó sus manos—. Pero me has ocultado tanto por todo este tiempo.

—Dijiste que no tenías problema con eso.

—Porque respeté que no quisieras contarme sobre tu antigua relación, pero no me puedo evitar preguntar si la razón de mi humillación tiene que ver con ese pasado.

—Eso no tiene relación alguna, ya te había explicado que fue una relación que me marcó demasiado. Yo no me sentía lista, John. No estoy lista para todos los cambios que quieres que hagamos en cuestión de meses.

—Entonces, ¿por qué me dijiste que sí? Si no te sientes lista.

—No lo sé... —susurró.

—Dame una pinche respuesta bien —gritó—. ¿Hubo algún momento en que realmente me amaste?

Liliana no respondió y bajó la cabeza. John se acercó a ella para obligarla a que lo mirara.

—Respóndeme.

—No —dijo firme—, traté de poder quererte como tanto quise, pero no puedo. No puedo amarte de la manera que tú quieres. No puedo hacer que mi corazón escoja amarte.

Él jadeó y la soltó para luego caer en la cama.

—Todo este tiempo solo jugaste conmigo, Liliana. Pudiste haberme rechazado desde el primer momento, a pesar de que yo te conté los años que estaba enamorado de ti y te valió madres.

—Eres mi mejor amigo y no te quería perder.

—Te habría entendido —se levantó de la cama y fue al baño para jalar su maleta—. Realmente deseo que puedas encontrar a alguien que ames de la manera que yo lo hice. Si no, vas a terminar sola por el resto de tu puta vida —mencionó lo último en inglés.

—He estado sola la mayor parte de mi vida, así que me puedo cuidar —contestó de la misma manera y observó como John se fue azotando la puerta detrás de sí.

En el momento que se marchó, cayó sobre la cama y rompió en llanto. No iba a negar que quería a John, pero le lastimaba el hecho de no poder compartir los mismos sueños. Pero tenía que ser honesta: no se veía a su lado por el resto de su vida.

Durante toda su relación esperó sentir algo que la volviera loca. Una señal de que estaba irrevocablemente enamorada de él. Pero no sentía nada, ni al besarlo, al tener sexo o con su simple tacto.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora