𝕾𝖊𝖓𝖙𝖎𝖗

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Canción ideal: Celso Piña & Café tacvba - Aunque no sea conmigo

Tan ligera que podía volar como si fuese una nube. No podía cuando fue la última vez que llegó a sentir así de tranquila, que incluso le llegaba a dar miedo lo pacífico de su estado de ánimo.

Con esa mentira que fue expuesta a la luz se resolvió uno de sus mayores temores en la vida, y aunque quedaba por ver si Rafael sería la persona que llenaría las expectativas de Iris, tanto suyas, eso ya no le importaba. Ahora podían visitar cualquier lugar del país sin miedo a que él las encontrara.

Porque lo hizo y no pasó nada que le rompiera el corazón a Iris.

Más bien, era Liliana la que se estaba encargando de cuidar el suyo a toda costa, con un espada y toda la armadura puesta para no dejar que él volviera a tenerlo en sus manos. Debido a que la última vez que así fue, casi lo destrozó.

Estaba cumpliendo su propósito de no hacerle daño a Iris, pero no dejaría de velar por ella misma.

Cuando terminaron de desayunar, Liliana e Iris se sentaron con el resto de los invitados en la sala para escuchar la plática de los vecinos sin mucho que aportar y fue en un momento de distracción que ambas aprovecharon para escaparse e irse a refugiarse en la habitación. En eso sí se comprendían.

—A bañarte.

—No huelo tan mal.

—¿Quieres que tu papá se enoje? —puso sus manos en la cadera y se sintió extraña al tener que usar la carta del papá como chantaje.

Tenía que acostumbrarse a tener que emplear esa palabra como algo común, aunque para ella no lo era.

—Está bien —se resignó.

Liliana sonrió satisfecha y se acostó en la cama para tomar una pequeña siesta, quería acompañar a Iris a lo que sea que Rafael tuviera planeado. Deseaba estar ahí como una especie de mediadora en caso de que entre ellos existiese un desacuerdo.

Dejó que Martina pasara después que escuchó como tocó la puerta.

—¿Tienen planeado salir? —tomó asiento en la cama.

—Rafael va a venir por Iris y yo los acompañaré.

—¿Qué es lo que te ha dicho?

A Liliana le sorprendió la calma con la que hablaba, como si de repente el tema tan delicado no le molestara.

—Quiere estar ahí para Iris, y siéndote sincera yo quiero que lo esté. Ella necesita de una figura paterna, he estado leyendo sobre este tema y sé lo primordial que es que un padre esté ahí siempre. Y si Rafael quiere estar a su lado, no tengo la fuerza para negarle ese derecho.

Martina se quedó en silencio unos segundos en los que meditaba su respuesta.

—Entiendo, tú sabrás que es lo mejor para Iris.

—Solo quiero que sea feliz y si Rafael puede ayudarme a que lo sea, yo lo aceptaré.

—Y tú piensas... —susurró para que la niña no las fuera a escuchar en caso de que saliera antes del baño—, ¿volver?

—¿Volver? —se cuestionó—. Rafael está aquí porque quiere reparar su relación con su hija, no la nuestra. Ya tuvimos nuestra historia y se acabó.

—Han pasado muchos años...

—Demasiados, recuerdo como si fuera ayer cuando me mudé a Guadalajara y ahora, estoy tan cerca de llegar a los 30 —exageró al llevarse una mano a la frente.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora