𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟻

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Canción ideal: ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ʙᴇ ᴛʜᴇ ʙᴏꜱꜱ - ʟᴀɴᴀ ᴅᴇʟ ʀᴇʏ

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Canción ideal: ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ʙᴇ ᴛʜᴇ ʙᴏꜱꜱ - ʟᴀɴᴀ ᴅᴇʟ ʀᴇʏ

Él no acordó una hora como tal, entonces, cuando el reloj marcó las 10:30 de la noche, Liliana consideró que era la hora adecuada para su encuentro. Se miró en el espejo por última vez. No tenía ni idea de qué ponerse o a qué iba, pero se vistió con una blusa y falda larga blanca, además de un rebozo. Peinó algunos mechones rebeldes y sonrió al espejo.

Necesitaba confiar en sí misma en ese momento más que nunca.

—Rafael —dijo con voz aguda.

—Estoy en la biblioteca —contestó en un tono imperativo.

En lo que Liliana subía las escaleras y calmaba su acelerado corazón. Él acomodó su camisa y pasó la mano por su cabello para peinarlo. Desconocía la razón de sus nervios, cuando llevaba años tratando con mujeres.

Al verla, sonrió inmediatamente y apoyó una mano en el marco de la puerta. Liliana se acercó a él con pasos cortos pero rápidos. Lo primero que acarició fue su mejilla e hizo lo mismo con sus labios, hasta llegar a su labio inferior. En todo momento se miraban a los ojos. Una fuerte burbuja de intimidad los envolvía.

Rafael agarró sus manos y las guío por sus hombros. En cambio, las suyas fueron a su cintura. Liliana podía escupir el corazón en cualquier momento. No podía dejar de mirar su rostro, el cual le parecía el más hermoso de todos. Hasta que bajó la vista a su boca tan apetecible.

"Quiero besarlo".

Era lo único que quería hacer desde que lo conoció. Se moría por hacerlo.

—Te deseo, Liliana —dijo y acercó su rostro aún más—. Te deseo tanto.

No le dejó procesar sus palabras ni pensar en su significado, ya que unieron sus bocas. Tomó control absoluto sobre su cuerpo. Ella seguía el beso como podía. Reaccionaba a las estimulaciones con algo de torpeza. Pero Rafael la besaba con total seguridad y control, como si sus bocas ya se conocieran, que logró despertar ese fuego primitivo en ella.

Liliana también lo deseaba. Y mucho, tanto, que le asustaba porque no logró sentir algo así antes. Pronto, él la levantó y la recargó contra la puerta, como unas horas atrás. Ella enredó las piernas alrededor de su cintura.

—Rafa —gimió al sentir la erección rozar contra su intimidad.

Desconocía por qué le causaba tanto placer ese contacto. El sexo era un tema tabú en la sociedad, y más en su pueblo. Se olvidó de las advertencias de su mamá sobre los hombres, y dejó que su piel ardiera y se estremeciera. La falda se subió de tal manera que dejó a la vista su ropa interior.

—No dejes de besarme —pidió y la besó.

Cada célula del cuerpo de Rafael estaba reaccionando a los besos y roces. A pesar de que notaba la inexperiencia por parte de Liliana, no dejaba de gustarle, y hasta enloquecerlo.

𝘾𝘼𝙍𝘼 𝙇𝙐𝙉𝘼 | 𝕽𝖆𝖋𝖆 𝕮𝕼 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora